"El teatro debe ser divertido y sobrecogedor"

El Teatro Arriaga es la primera escala de la gira de Barroco, obra de Darko Lukic y del director Tomaz Pandur basada en Las amistades peligrosas, de Choderlos de Laclos, y Cuarteto, de Heiner Müller. Asier Etxeandia (Bilbao, 1975) interpreta al Vizconde de Valmont y Blanca Portillo a la Marquesa de Merteuil, "dos personajes históricos que no tienen futuro, sólo les queda el pasado, son recordados como animales que se destruyeron el uno al otro, y están en una tierra de nadie como fantasmas predestinados a repetir su historia continuamente". Nacho Duato firma la coreografía.

Pregunta. Emilio Sagi ha presentado Barroco como "casi una ópera". ¿Está desencaminado?

Respuesta. Yo no le llamaría ópera, está más cerca de una obra de arte total, de la pintura, de la performance, de la poesía... Todo eso en un escenario se convierte en teatro, pero la ópera me parece que es mucho más espectáculo, sin más.

P. Como la describe, parece una excepción en el circuito comercial español.

R. Totalmente, pero curiosamente es una obra muy comercial, porque es muy directa, muy honesta, nada es gratuito. Todas las escenas tienen un paralelismo brutal con nuestras vidas y con las vidas de los espectadores. Y es que Tomaz es una especie de visionario capaz de ver cómo eres, cómo sientes.

P. ¿Cree como él en "el poder del teatro"?

R. Totalmente, es la razón por la que se tiene que hacer teatro. El teatro debe ser divertido, pero debe ser también sobrecogedor, debe cambiar vidas.

P. ¿Los actores mienten mucho durante la promoción?

R. Yo he participado proyectos que me seducían mucho y en otros que eran más de lo mismo, y sí es cierto que a la hora de hacer una rueda de prensa tienes que defenderlo. Pero cuando entras en un terreno más personal, como es este caso, en que decimos que Barroco nos ha cambiado la vida, que nos está sucediendo algo casi místico, algunos mentirán, pero yo no.