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Crónica:LA CALLE | Restaurantes
Crónica
Texto informativo con interpretación

Fast Good

La palabra fast se ha convertido en el terror de los gastrónomos. Grítale a un gastrónomo fast y verás como entra en convulsiones que muy probablemente le lleven al encefalograma plano. En Italia, por ejemplo, nació el movimiento slow food como oposición a la temible invasión de los McDonald's, Burger Kings y compañía, movimiento dedicado a la recuperación de la cocina de la mamma, preparada con tiempo y digerida a lo largo de estupendas sobremesas. Lo fast, como dirían los latinoamericanos, no es malo en sí. Y en comida, por ejemplo, lo malo del fast food es el producto que se esconde generalmente tras esa propuesta culinaria en la que uno se ve obligado a masticar de manera atropellada y a digerir sin derecho a nostalgia.

Frente a este mal contemporáneo, la aparición en Barcelona de una de las franquicias de Fast Good es una buena noticia, y más si detrás está la mano y la doctrina de Ferran Adrià, un hombre al que profeso devoción, a pesar de que mi aristócrata vecino le considere un mero licuador de croquetas. Si la intención del cocinero era dignificar la comida rápida, el Fast Good logra los objetivos previstos. Ahora que es mediterráneo hasta un señor de las Hurdes, es una suerte que los Fast Good propaguen las bondades de la comida mediterránea, la buena, esa que revive la casquería de los humanos moribundos (frescura en los alimentos, condimentación con aceite de oliva, ligereza en los platos, cocciones al instante y zumos con toda la vitamina C concentrada). Y como vivimos en tiempos globalizados, en el Fast Good puedes comer, entre otras cosas, una hamburguesa estilo pampero, un pollo estilo cantonés, un panini de berenjena asada con tomate y mozzarella, un mushy de lomo con hummus, una ensalada de escarola, canónigos y manzana, o una espuma de chocolate y coco. Si el grito electoral de Iniciativa per Catalunya fue ¡Que el tomate sepa a tomate!, el del Fast Good es Tu hijo no saldrá con olor a aceite requemado.

- Lo más: por la calidad de lo servido, el precio.

- Lo menos: el verde manzana de la decoración pop con reminiscencias tipo Eva Maria se fue.

- Dirección: Balmes 127. Teléfono: 93 452 23 74

danielvazquezsalles@hotmail.com

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