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Siete años en España

A las puertas del tanatorio de Alcorcón, donde permanecía en la mañana de ayer el cadáver de Tarek Bourriafa, se congregaban familiares y amigos de la víctima. Su madre, Najia Gallaf, aseguraba que su hijo había sido víctima de "una trampa".

Tarek tenía 26 años y llevaba siete en España. "En 2005 le dieron la residencia", explicó una de sus tías. Actualmente trabajaba como camarero en un bar de copas de Alcorcón. Vivía en Navalcarnero junto a su madre y sus dos hermanas, de 10 y 16 años. Era natural de Ksar el Kebir, en Marruecos, donde aún reside su padre. Tarek había sido detenido dos veces por tenencia de drogas, según la policía. La familia dice que no se metía en líos y sólo le habían encontrado sustancias para consumo propio.

El cuerpo del marroquí fue trasladado por la tarde a la mezquita de la M-30, y será enterrado en Madrid. "Le han dejado desfigurado, no se le reconoce", decía uno de los tíos de Tarek.

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