Goitom tumba a Osasuna
El Murcia se lleva un duelo de juego duro y sin fútbol ofensivo
El proletariado futbolístico no suele destacar por la estética. Prefieren las estructuras macizas, hormigón, mucho cimiento y líneas estrictamente definidas. Ni un ápice de creatividad, ni un adorno de más. Así, bajo esta arquitectura soviética, chocaron ayer en La Condomina dos conjuntos demasiado obvios, que dispensaron un choque entretenido por la igualdad y el marcador pero casi nulo en juego y diversión.
Murcia y Osasuna necesitaban resarcirse de sus eliminaciones de Copa, especialmente los navarros, y por eso saltaron al campo mascando seriedad y orden. El balón correteaba por el medio campo sin que los hombres desequilibrantes de ambos conjuntos, especialmente Regueiro y Vela, creasen fútbol por las bandas. Así, tuvo que ser de libre directo como llegasen las primeras aproximaciones: Dady lanzó un libre directo al palo.
MURCIA 2 - OSASUNA 0
Murcia: Notario; De Coz, Mejía, Arzo, Peña; Abel, Pablo García, Movilla (Gallardo, m. 62), Regueiro (Iñigo, m. 58); Goitom y Baiano (Richi, m. 79). No utilizados: Carini, De Lucas, Iván Alonso y Cuadrado.
Osasuna: Ricardo; Azpilicueta, Miguel Flaño, Cruchaga, Monreal; Héctor Font, Puñal (Hugo Viana, m. 77); Plasil, Margairaz (Portillo, m. 81), Vela (Juanfran, m. 65); y Dady. No utilizados: Elía, Javi García, Javier Flaño y Sosa.
Goles: 1-0. M. 73. Goitom culmina una larga jugada. 2-0. M. 93. Abel, de penalti.
Árbitro: Pérez Burrull. Amonestó a De Coz, Puñal y Gallardo.
La Condomina: 25.000 espectadores.
El obús sirvió para dinamizar el juego y para que Baiano y Abel probasen a Ricardo. No había cohetes, pero sí más tensión. Y cada minuto se constataba las carencias ofensivas de ambos, más dispuestos a resguardarse atrás y endurecerse en el mediocentro que a desmelenarse.
Sólo quedaba el recurso a alguna individualidad que salvase el partido del oprobioso empate sin goles. Y los técnicos dispusieron sus apuestas: Iñigo, muy hábil, dio mejor resultado a Alcaraz que Juanfran a Ziganda. En ese juego a la desesperada apareció Goitom, que había destacado más por sus tiritas en las piernas que por su juego. Arrancó con potencia desde la medular y culminó la jugada ante Ricardo en una exhibición de músculo que la zaga navarra no supo frenar. Ya a la desesperada, Osasuna no consiguió despertar y otra vez el sueco, en el descuento y tras una internada, fue objeto de penalti que transformó Abel.
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