"Las fusiones continuarán durante muchos años"

La compañía italiana Brembo es uno de los mayores productores mundiales de frenos de automóvil con una notable presencia en las marcas deportivas. España es uno de los 12 países en los que están presentes, con una planta en La Muela (Zaragoza) donde trabajan cerca de 200 personas. En el ejercicio del pasado año han facturado alrededor de 950 millones de euros. Hace ya tiempo que han iniciado una campaña de sensibilización contra la importación de productos de baja calidad en el mercado de recambios que no suponen ninguna ventaja en el precio para el consumidor.

Una actividad que, según su presidente Alberto Bombassi sigue creciendo "sobre todo en productos que no están controlados antes de la venta y que en la mayoría de los casos provienen de países asiáticos. Supone un daño para los consumidores, especialmente si estos componentes están relacionados con elementos que afectan a la seguridad como es el sistema de frenos.

Nuestra estrategia consiste en estar presentes en todos los mercados, tanto en los maduros como en los menos desarrollados

Pregunta. ¿De que manera está afectando la nueva normativa europea sobre recambios y distribución?

Respuesta. Intentamos llamar la atención de la Comisión Europea, asociaciones, medios de comunicación y otras autoridades sobre la falta de regulaciones técnicas que definen las especificaciones de producción de los discos de frenos para conseguir su seguridad. Unas regulaciones que por cierto ya existen para otros productos como los neumáticos, por ejemplo.

P. ¿Que esperan de su presencia en España en los próximos años?

R. España manifiesta una gran evolución en el mercado de la postventa en el que ha tenido una gran importancia el último lanzamiento de pastillas de freno. Así en la península Ibérica en el 2008, cualquier automovilista podrá instalar en su vehículo el freno completo (pastilla, disco, zapata, cilindros etc. ) de la familia Brembo.

P. ¿En que actividades esperan un mayor crecimiento a corto plazo?

R. En 2008 tendremos un buen crecimiento en el sector de la moto gracias al incremento del negocio con Harley-Davidson (vamos a cubrir el 40% de su producción total) y a la buena progresión de los clientes europeos, como Ducati. Además, la adquisición de la división de discos de Hayes Lemmerz, representa ya de por si un 7%-8% de un aumento de la facturación.

P. ¿Qué les ha supuesto la compra de Hayes Lemmerz?

R. Nos ha abierto la entrada de una forma importante en el mercado estadounidense. Gracias a ella tenemos el 15% del negocio de discos de freno en el mercado más importante del mundo. Además supone una muy buena base de producción dentro del área NAFTA, en un momento en el que el Euro es muy fuerte comparado con el dólar, lo que nos permite producir para aquellos mercados a un precio competitivo.

R. ¿Hasta cuando va a seguir el proceso de fusiones y adquisiciones de la industria de componentes?

R. Probablemente continuará durante muchos años. Algunas de las industrias de componentes ya han pasado dos o tres veces por diferentes manos y parece que el proceso de cambios aún no ha terminado ya que se trata de inversiones que suelen mantener la inversión un periodo medio de cinco años.

P. Sabelt, Hayes Lemmerz... sus últimas compras, son compañías europeas y norteamericanas: mercados maduros ¿No son inversiones más arriesgadas que en áreas en desarrollo?

R. Nuestra estrategia consiste en estar presentes en todos los mercados, tanto en los maduros como en los menos desarrollados. Por esta razón tenemos bases de producción en 10 países y tres continentes. Ahora es un buen momento para comprar en EE UU, por ejemplo, gracias a la fuerza del euro. Pero nuestra intención también es crecer en otras áreas como China e India, ya que en los próximos años habrán alcanzado una producción de vehículos comerciales y coches de calidades coherentes con nuestro posicionamiento. También estudiamos Brasil, un mercado que está registrando un óptimo crecimiento y Japón porque es un mercado muy sofisticado en el que nos gustaría aumentar nuestra presencia.