Hipotecado por un sueño

Los participantes inscritos en la que tenía que ser la trigésima edición del Rally Dakar vivieron ayer la peor resaca de su vida. Al menos la más amarga. Para unos, los corredores profesionales, aquellos que debían luchar por ganar, fue un día para la reflexión, para tratar de determinar la magnitud real de las consecuencias que se derivan de la cancelación del raid. Para otros, como Manolo Barnés, fue un día de angustias. Y lo que le espera.

Como muchos de los dakarianos aficionados, este murciano de 43 años tuvo que entramparse para poder reunir el dinero suficiente que le permitiera inscribirse en la carrera, alrededor de unos 30.000 euros. Se compró una moto, una flamante KTM 525, y la optimizó con el viejo kit de competición que ya había utilizado en las últimas dos ediciones del Dakar.

"Lo que me pasa es un drama", reconocía ayer Barnés, por teléfono, mientras regresaba a su casa, en Lorca. "El Ayuntamiento me había asegurado que iba a patrocinarme. Me puse los adhesivos en la moto, estuve haciéndoles publicidad, y luego, cuando llegaron las elecciones y perdieron, me dijeron que nada de nada", se lamenta el piloto murciano. Antes de inscribirse, hizo las mil martingalas, llamó a mil puertas. "Al final, encontré una empresa que me dijo que adelantara yo el dinero y que me lo devolverían cuando regresara. Así que no me quedó otra opción que pedir un crédito", prosigue. Al final, con la moto lista, este gestor que completa su sueldo atendiendo en una tienda de motos se lió la manta a la cabeza y enfiló camino a Lisboa, donde anteayer se quedó de piedra cuando se enteró de la anulación de la prueba. Una vez se le pasó el shock, Barnús comenzó a pensar en las repercusiones que comportaba competir en la carrera africana. "Debo 28.000 euros al banco. Lo primero será vender la moto, que aún no he estrenado, para sacar dinero y comenzar a pagar las deudas...", plantea el murciano, que deberá volver a subirse a su bici de montaña -fue campeón de España de Mountain Bike- y a lanzarse por las pistas de Lorca y Águilas.

Cuando Manolo Barnés se alistó en su primer Dakar hace dos años, abandonó en la séptima etapa, y el año pasado tuvo que dejarlo en la novena. "Siempre que comienzo una aventura, la quiero acabar". En el Dakar, este año, ya no podrá ser.