Lisboa llora el Dakar
El coste económico y humano de desmontar la carrera es mayor que el de organizarla
A las tres de la tarde de ayer, Marc Coma, ganador del Rally Dakar hace dos años, debía estar llegando a Portimão subido a su KTM y, probablemente, rebozado de barro hasta las orejas por la lluvia que cayó durante todo el día sobre Lisboa. Sin embargo, el motorista español se encontraba en la sala de espera de la puerta de embarque 14 A del aeropuerto de la capital portuguesa, a la espera de meterse en el avión que le llevó de regreso a Barcelona 16 días antes de lo previsto. "¡Qué horror de tiempo! En la especial hubiéramos pillado, ¿eh, Miquel?", le comentaba a su mecánico de confianza, "y eso que según las previsiones debía lucir el sol...". Y es que ayer daba la impresión de que Lisboa lloraba por el Dakar.
Los abogados de la empresa ASO buscan fórmulas para minimizar el golpe
"Calculamos las pérdidas, y, cuando llegamos a 200 millones, paramos"
En el Centro Cultural de Belén, donde se emplazaba el parque cerrado, las carpas de las verificaciones y las de los patrocinadores, no había ni un alma. El clima era de depresión total. El trabajo que se le viene encima a la Amaury Sports Organisation (ASO), la compañía que organiza la carrera, lo hará mejor desde su cuartel general, en Francia. Sus abogados deberán aplicarse a fondo para tratar de minimizar el zurriagazo económico que supone la anulación de la carrera por la amenaza terrorista. Aviones para desplazar el equipamiento entre las etapas, un dispositivo para embarcar a todos los participantes desde Málaga hasta Nador, el catering de cada campamento... El jaleo es bestial, y los dolores de cabeza que supone desenmarañar todo este lío es incluso mayor que el que genera organizarlo en sí. "Ayer, un compañero y yo comenzamos a hacer cálculos mentalmente del montante global de las pérdidas que sufrirán los participantes. Cuando llegamos a los 200 millones de euros, paramos", asegura una fuente vinculada a la organización.
La agencia de viajes Aventurismo gestiona el alojamiento y el regreso de la mayoría de los participantes españoles desde Dakar a Barcelona y de todos los familiares que van a recibirlos a su llegada a Senegal. Y también organizan viajes para que los patrocinadores más importantes desplacen a sus invitados VIP. Para el próximo día 21 la empresa había contratado los servicios de dos aviones, de Dakar a Barcelona, para los que pagó alrededor de 175.000 euros. Repsol tenía siete coches con conductor bajando por Marruecos hasta Nouachott. El día de descanso, la petrolera iba a desplazar en avión a varios invitados a la capital, subirlos a esos coches, y hacer ruta hacia el sur. Cancelado. Tradicionalmente, la marca KTM organiza la KTM Adventure, una ruta de varios días en la que algunos de sus mejores clientes siguen un recorrido paralelo al del Dakar. Cancelada. La misma decisión tomó Burn, la marca de bebidas energéticas que había contratado a Aventurismo un viaje a Mauritania con varios de sus invitados.
De hecho, en Marruecos sólo entrarán cinco coches Mitsubishi con 15 personas en su interior, que, en lugar de seguir el itinerario del Dakar, harán una caravana por el país.
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