Las lágrimas del Rey
En una vida tan larga, 70 años, hay mucho tiempo para llorar, y el Rey ha llorado, como la Reina. Pedro Erquicia, el director del programa (La Uno) sobre ese cumpleaños, recogió esos momentos. Por cierto, hubiera estado bien que el propio Erquicia le hubiera prestado su voz, dándole a la emisión el toque documental que él mismo ha registrado. Los guionistas -Pilar Cernuda, Fernando Jáuregui, Jesús Picatoste- fueron escrupulosos sobre los hechos, contaron muy bien los desencuentros del Rey y su padre, registraron con elegancia el reencuentro y actuaron como notarios de la política, desde Franco hasta ahora mismo; subrayaron la eficacia de Suárez, se fijaron en la modernización que trajo González y pespuntearon la corrupción con la que acabó la gobernación de éste. Lo que no entendí bien es cómo soslayaron la enorme fractura social que causó en España el entrometimiento de Aznar en la crisis provocada por Bush en Irak.
La vida del Rey produce vértigo; como el último año, además, ha servido para que algunos le levanten ronchas a la Monarquía, vino muy bien que Erquicia introdujera esa frase de don Juan sobre su experiencia y la de su hijo: "Hemos vivido a la intemperie de la opinión y de la crítica". No faltó el "¿por qué no te callas?", que es la confirmación de que los Reyes no sólo lloran, sino que también se cabrean. Muy oportunas, antes y en medio del documental, las felicitaciones al Monarca. Carrillo en primer lugar; Fraga, Arzak, Gala, Schommer, Nuria Espert...
Antes del perfil del Rey vi a Adolfo Suárez Illana en Telemadrid con Jesús Quintero. Puso en su sitio al periodista y eurodiputado del PP Luis Herrero, que hizo un libro sobre su padre. "Mi padre no se fiaba de él, o miente o traiciona... Mi padre hubiera dado la vida por el Rey". Se vio en el documental; Suárez estuvo en su sitio, mucho más digno que quien ahora ha querido descolocarle.
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