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Obama se perfila como ganador en Iowa

Las televisiones dan a Huckabee como vencedor entre los candidatos republicanos

Antonio Caño

Barack Obama y Mike Huckabee se perfilaban esta madrugada como vencedores de los caucus de Iowa en el Partido Demócrata y en el Partido Republicano, respectivamente, un resultado que, de confirmarse en el recuento final, confirmaría la opción por el cambio que ha tomado el electorado norteamericano en el primer asalto de las primarias.

Los resultados parciales que se conocían pasadas las tres y media de la madrugada de hoy concedían a Obama una ventaja de cuatro puntos sobre Hillary Clinton y John Edwards. En el campo republicano, Huckabee aventajaba por más de diez puntos a Mitt Romney en el recuento parcial. Según esos datos, las principales cadenas de televisión estadounidenses coincidieron en anticipar la victoria del senador afroamericano de Illinois y del pastor evangélico de Arkansas.

Aumentan la incertidumbre eonómica y el deseo de mejoras sociales

No por esperadas, ambas victorias resultan menos impactantes. Se trata de una sonora apuesta por el cambio en ambos bandos del abanico político. Iowa marca el inicio de un nuevo ciclo político en EE UU.

Aunque los resultados de los caucuses celebrados anoche no pueden anticipar aún el nombre del futuro presidente en una carrera muy disputada y emocionante, suponen el comienzo de un largo periodo electoral que concluirá, cuando menos, con el fin de un cierto modelo conservador representado por George W. Bush. El retorno a las prioridades de la política doméstica y la renuncia a ciertas fantasías de política exterior, como Irak, son algunas de las características de estos nuevos tiempos.

Todos los candidatos que concurrieron ayer a las urnas en Iowa defienden, en diferente modo y medida, un programa de cambio. Parece indudable en el campo demócrata, donde tanto Hillary Clinton como Barack Obama ofrecen, de entrada, innovaciones tan significativas como la llegada, por primera vez, de una mujer o un afroamericano a la presidencia. El tercero en discordia, John Edwards, aunque no resulte una novedad, propone el proyecto social más ambicioso de esta campaña.Pase lo que pase -los de la madrugada de hoy son resultados provisionales- , todos esperarán hasta la siguiente cita electoral (el martes en New Hampshire) antes de arrojar la toalla.

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También los candidatos republicanos representan, a su modo, propuestas renovadoras. Ninguno de ellos, para empezar, tiene ni quiere el apoyo de Bush. Todos ellos intentan modelos diferentes. Siquiera el único que defiende en la actualidad la guerra de Irak, John McCain, puede ser identificado con Bush, al que ha criticado por la planificación de la guerra, por la estrategia llevada hasta ahora y por una amplia gama de asuntos desde la política ecológica a la política fiscal.

Entre el resto, puede haber alguno aún más conservador que Bush, como Mike Huckabee, pero incluso este pastor protestante muy a la derecha en cuanto a moral y valores, defiende posiciones más realistas (quizá aislacionistas) en política exterior. Mitt Romney es un pragmático que sabe adaptar sus opciones a las necesidades del momento. Y Rudy Giuliani es un seguidor y admirador de Bush en todo lo que se refiere a la guerra contra el terrorismo, pero no cuenta, como el actual presidente, con una agenda impuesta por la derecha cristiana.

Sólo Huckabee y Romney tenían opciones en Iowa. Un tercer puesto sería un gran éxito para McCain -que no existía en las encuestas hace apenas un mes- y ningún resultado aquí puede sacar de la carrera a Giuliani, que ha renunciado a hacer campaña en Iowa y espera a mejores oportunidades en otras primarias. En realidad, la batalla republicana seguirá estando muy abierta después de estos caucuses.

La campaña en este Estado ha servido para certificar los cambios ocurridos en las preocupaciones de los votantes. El miedo a las amenazas terroristas y, especialmente, la preocupación por Irak ha menguado, mientras que aumentan la incertidumbre económica y el deseo de mejoras sociales en educación y sanidad.

"El barril de petróleo a 100 dólares es el mejor recordatorio posible del enorme desafío económico y de la privilegiada posición de la que disfrutan las grandes corporaciones", afirmó Edwards en sus últimos actos electorales en Iowa. "Estamos ante una situación repleta de desafíos dentro de nuestro propio país", confirmó McCain.

"La guerra de Irak sigue siendo un asunto importante, pero es verdad que la inseguridad económica ha crecido y que se han incorporado a las preocupaciones ciudadanas otros asuntos", opina David Axelrod, principal estratega de la campaña de Obama. "Se ha incorporado particularmente la reforma de la Seguridad Social", añade su contraparte en la campaña de Clinton, Mark Penn.

Mitt Romney ha dedicado más tiempo en sus últimos discursos al problema de la Seguridad Social y ha tratado de convencer a los electores de que "no se trata de un asunto que sólo preocupe a los demócratas". Romney intenta con esas palabras responder a uno de los fenómenos electorales detectados por los expertos, el alejamiento de los electores de los republicanos y su acercamiento al campo demócrata. Un 55% de los posibles votantes, según diferentes encuestas, se identifica a sí mismo como demócrata, mientras que sólo un poco más del 30% se presenta como republicano. Esto no tiene por qué ser decisivo en un país donde los votantes cruzan frecuentemente las líneas del partido, pero sí resulta significativo el deseo de cambio.

Los republicanos son conscientes de que, sobre todo cuando se trata de los problemas domésticos, los electores ven a los demócratas más sensibles a sus preocupaciones y, aunque para ganar en las primarias tienen que convencer a unas bases republicanas muy conservadoras, los candidatos republicanos con ambición saben que para ganar reconocimiento nacional tendrán que girar hacia el centro.

Este escenario anticipa un nuevo rumbo a partir de que el nuevo presidente tome posesión en enero de 2009. Con todo su simbolismo y trascendencia, la rural y conservadora Iowa ha sido sólo el primer paso en esa dirección.

El candidato demócrata Barack Obama, junto a su esposa, Michelle, tras un mitin en Des Moines.
El candidato demócrata Barack Obama, junto a su esposa, Michelle, tras un mitin en Des Moines.REUTERS

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