_
_
_
_
LA CALLE / De noche
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La última

Lluís Pellicer

"Vaaaa, vamos a tomarnos la última". La sugerencia, con un cierto tono insistente, aparece casi siempre tras una cena con amigos o compañeros de trabajo. Se suele acceder, no sin gruñir al recordar que el despertador va a sonar en seis o siete horas. En el fondo uno sabe que no va a ser la última. En el mejor de los casos, tal vez la penúltima. Hay bares que se prestan a tomar esa última. Y, a pesar del precio de la entrada, también algunas discotecas. Luz de Gas es, para lo bueno y para lo malo, una de ellas.

En la puerta de la discoteca aguarda una pareja. Él, con camisa y corbata de rayas. No va muy conjuntado. Ella, toda de blanco: vestido, chaqueta y gorro. Bastante demodé. Los porteros les dejan pasar, lo cual no es sorprendente en este caso, pero sí en muchos otros. Luz de Gas tiene precisamente fama de ser estricta al permitir la entrada. Pero es miércoles, y algo menos de la una de la madrugada. Hoy no parece haber demasiados problemas.

El interior de la discoteca hace honor al nombre. La iluminación es muy tenue, tanto, que recuerda los alumbrados de las calles del siglo XIX. Al fondo del local hay un teatrillo donde ha actuado Rafael Amargo y donde luego parece ser que se subirá Fundación Toni Manero. Porque a pesar de que Luz de Gas sea definida con ese eufemismo de "clásico entre los clásicos" -que suele significar "antigua"-, sin duda sigue viva por el cartel de conciertos que luce en su haber. Por allí han pasado Ana Belén, José Feliciano, Bebo Valdés, Cachao, Danza Invisible, El Cigala, Pedro Guerra, Serrat, Sabina... Y la habitual voz de Mónica Green. Pocas discotecas pueden presumir de un cartel semejante.

El ambiente, no obstante, no destaca por la alegría de la gente. Más bien parece algo estirado. Nadie sale de su grupillo de amigos y quien lo hace es para ir a fumar o a ligar. Así que hoy éste sí que va a ser el último gin-tonic de la noche.

- Lo más. Los conciertos.

- Lo menos. Un ambiente demasiado estirado.

Luz de Gas. Muntaner, 246. Barcelona.

lpellicer@elpais.es

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_