La naturaleza más transitada
Medio Ambiente señala los diez senderos con más visitantes
A lo largo de 2007 los espacios naturales protegidos de Andalucía recibieron, como mínimo, un total de 600.000 visitantes. Ésta es la cifra oficial de 2006 y, aunque aún no se ha hecho balance del año pasado, los responsables de la Consejería de Medio Ambiente están convencidos de que, al menos, se alcanzará la misma afluencia.
Mientras se elaboran los cálculos globales se sabe ya que de los 319 senderos que están disponibles en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, hay diez que concentran el mayor número de visitas.
Los itinerarios desmienten el tópico de la aridez de Andalucía
En Almería las preferencias señalan al Cerro del Cinto, junto a la pedanía de Rodalquilar, en terrenos del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Un itinerario que permite apreciar tanto el origen volcánico de estas tierras como su pasado minero, elementos que componen un paisaje singular y sorprendente. La fiebre del oro, que azotó esta comarca desde finales del siglo XIX hasta 1966, se hace evidente en los boquetes y túneles que salpican todo el recorrido.
Entre las localidades de Benamahoma y El Bosque, en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema (Cádiz), es posible explorar la cabecera del río Majaceite, en el que se conserva uno de esos bosques de galería que terminaron por desaparecer de numerosos cauces andaluces. Chopos, fresnos y olmos ofrecen cobertura vegetal a unas aguas tan limpias que en ellas aún habitan nutrias.
La provincia de Córdoba también aporta a esta selección un sendero fluvial, el que recorre parte del arroyo Guadalora en su tránsito por el Parque Natural de Hornachuelos. De nuevo es posible disfrutar de un magnífico bosque de ribera junto al que se conservan los restos de un viejo molino, el de la Paloma, que en tiempos se dedicó a moler trigo.
A veces la naturaleza esconde enclaves inusuales como los que se localizan en el Cerro del Maullo, uno de los mejores miradores del Parque Natural de la Sierra de Huétor (Granada). Los excursionistas encuentran en este cerro, además de una de las mejores vistas panorámicas de Sierra Nevada, los restos de antiguas trincheras de la Guerra Civil. No se trata de rudimentarias zanjas sino de una laberíntica fortificación de piedra, salpicada de troneras, desde la que se controlaba el valle del Darro.
Para apreciar algunas de las principales señas de identidad del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva) el viajero puede decidirse por un sencillo sendero, de apenas dos kilómetros de longitud, que une la aldea de El Talenque con el municipio de Valdelarco. Un camino que recorre bosques centenarios de alcornoques, encinas y castaños.
Una vez más, desmintiendo el tópico de la aridez de Andalucía, el sendero que concentra las preferencias de los ecoturistas que se acercan al Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén) se encuentra asociado a un río, el Borosa, uno de los principales afluentes del Guadalquivir. La ruta brinda la posibilidad de disfrutar de cascadas como la del Salto de los Órganos y asomarse, al final del recorrido, a la frágil laguna de Valdeazores.
Los aficionados a la montaña aprecian desde hace años la subida al pico Torrecilla, una de las cumbres más hermosas del Parque Natural de la Sierra de las Nieves (Málaga). Coronar los 1.919 metros de este pico no es tarea sencilla, pero tampoco es un recorrido reservado a especialistas. La mano del hombre y la naturaleza se unieron para componer los agudos escarpes del Cerro del Hierro, en el corazón del Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla. Se trata de una llamativa formación kárstica, modelada por la lluvia y la actividad minera.
La media montaña de Sierra Nevada ofrece senderos como el del Cerro Huenes, desde el que se contempla una de las mejores vistas de la vega de Granada. El camino discurre por una densa masa de pinos que nos va regalando, de trecho en trecho, soberbias panorámicas del valle del Monachil, la sierra de Huétor, los picos más elevados del macizo (desde el Veleta hasta el Caballo) o las sierras de Tejeda y Almijara.
Esta selección de los senderos más transitados de la naturaleza andaluza concluye cerca de la costa atlántica onubense, en el Espacio Natural de Doñana.
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