El éxito más allá de una derrota

Poco después de las 11 de la noche del 16 de septiembre, el Palacio de los Deportes de Madrid, en el que unos 15.000 privilegiados se hicieron con uno de los solicitadísimos asientos, se volcó para apoyar a los perdedores de la ansiada final del Eurobasket 2007. Jorge Garbajosa vagaba por el centro de la pista; a Pau Gasol lo agarraban entre dos o tres compañeros como si sus 215 centímetros se hubieran convertido de repente en plastilina; Pepu Hernández consolaba a Calderón, a Sergio, a Felipe Reyes... Pocos podían reprimir las lágrimas. Los campeones del mundo no habían logrado el título europeo ante su gente, a quienes les apoyaron de manera incondicional, más allá incluso de la victoria o la derrota, nada más consumarse el cruel tropezón en la final, perdida ante Rusia por un punto (59-60) tras un lanzamiento de Gasol que se fue fuera después de rebotar en el aro. Tres meses y medio después, los mejores deportistas españoles eligen aquel campeonato como el acontecimiento más destacado del año.

Para los baloncestistas que lo vivieron, el recuerdo es agridulce, pero el paso del tiempo acaba poniendo de relieve la épica de las victorias que los llevaron hasta la final y el reconocimiento de la afición también en la derrota. "España fue un equipo que mereció ganar. No solamente se trataba de conseguir resultados. El grupo recibió un cariño increíble, fue ejemplar en todo momento y, para mí, es el mejor equipo español de la historia", resume el seleccionador, José Vicente Hernández.

Pepu y sus jugadores no dejaron escapar algo mucho más importante que la propia victoria: su capacidad para enganchar a la gente, su calidad y su chispa como colectivo, el orgullo y la dignidad de cada de sus componentes, tan a flor de piel en sus evoluciones dentro de la pista y en su modo de proceder fuera de ella. El terremoto emocional se dejó sentir en los aficionados. Desde los anónimos hasta los más mediáticos. Desde Rafa Nadal, pasando por Buenafuente, y hasta la Familia Real y políticos de todas las tendencias, que se fotografiaron y se dejaron ver en las gradas como José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, Mariano Rajoy o Alberto Ruiz-Gallardón.

"Somos subcampeones de Europa habiendo realizado un gran baloncesto, con un equipo todavía joven y con los mismos valores que nos hicieron campeones. Podemos asegurar que en el futuro estaremos siempre compitiendo de igual a igual con los mejores del mundo", asevera José Luis Sáez, el presidente de la Federación Española de Baloncesto.

El éxito del torneo partió, por supuesto, de una competición que enganchó gracias a la presencia de figuras de talla mundial, como los mejores jugadores de la pasada temporada en la NBA: el alemán Dirk Nowitzki, mvp de la fase regular, y el francés Tony Parker, mvp de la final, además de Kirilenko, Jasikevicius, Belinelli, Papaloukas, Diamantidis, Lakovic, Nesterovic, Biedrins... Pero el espectáculo se potenció gracias a la cuidadosa organización del torneo. La final batió todo un récord del baloncesto en España con una retransmisión televisiva que llegó a una media de 5,3 millones de personas. La página web del Eurobasket, cubierto en directo por 1.300 periodistas, registró más de siete millones de visitantes.

Ahora, Sáez está comprometido a fondo para aprovechar el excelente momento por el que atraviesa el baloncesto español, que el pasado verano le permitió coleccionar hasta ocho medallas en las diferentes competiciones internacionales en las que intervino. Desde que España alcanzó el título mundial en 2006, en Japón, los patrocinadores aumentaron hasta el punto de que la federación se vio en la necesidad de poner un tope máximo. Los ingresos se han multiplicado por cuatro desde entonces y se ha logrado poner en marcha una nueva campaña de promoción del baloncesto que, potencialmente, llega a unos cinco millones de chavales.

El próximo objetivo, mujeres incluidas, son los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, con la organización del Preolímpico en España, y la presentación de la candidatura para organizar el Mundial masculino de 2014.