Atracos que desatan alarma

¿Es Madrid una ciudad insegura? La respuesta resulta difícil de contestar, sobre todo, cuando la región ha vivido dos últimas semanas llenas de atracos a comercios de lujo en pleno centro de la capital o grandes superficies repletas de personas. A eso se ha unido el homicidio del dueño de un salón de juegos recreativos en Parla y el asalto al chalé del empresario José Luis Moreno, en Boadilla del Monte. Los responsables policiales y gubernativos afirman que no hay motivo para alarmarse, mientras el Gobierno regional y los sindicatos policiales piden más efectivos para acabar con la inseguridad de la región.

Un simple vistazo a las estadísticas policiales echaría por tierra, en principio, cualquier sensación de que la delincuencia ha crecido en Madrid. En el territorio de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, que incluye la capital y los grandes municipios, las denuncias han subido un 1,6% en los 11 primeros meses del año, respecto al año anterior. En esos 334 días, los madrileños han presentado una media de casi 1.000 denuncias al día. Además, los delitos que más sensación de inseguridad provocan (contra el patrimonio o los robos en sentido amplio) han descendido cerca de un 1%. Esas cifras se han visto truncadas en diciembre con los atracos más llamativos del año. Y más rentables para los delincuentes. Sólo el robo de un camión cargado con joyas de Cartier, tras salir del Puerto Seco de Coslada, les supuso unos tres millones de euros.

Madrid sufre el 28% de la delincuencia de todo el territorio español

¿Qué está cambiando en Madrid en el ámbito de la inseguridad? El criminólogo Vicente Garrido pone el acento en que la delincuencia ha cambiado en los últimos años. "En Inglaterra y en Estados Unidos hay mucha más tradición, de décadas, del atraco a mano armada para llevarse mucho dinero. En España, ha sido más frecuente el butrón y el descuidero", señala este especialista. "Los objetivos de estos grupos organizados son en la actualidad muy vulnerables. Pasa lo mismo que hace unos años con los bancos. Se tuvieron que blindar para no ser atractivos a los atracadores. Con las grandes superficies pasa más o menos lo mismo. Tendrán que aumentar su seguridad", concluye Garrido.

Los mandos policiales aseguran que en la región actúan siete bandas organizadas especializadas en robos y atracos. Son grupos muy preparados que no dudan en emplear una violencia extrema en caso de encontrarse con cualquier contratiempo que modifique sus planes. A estas siete bandas se unen otras 10 que son itinerantes y lo mismo delinquen en Madrid que en Valencia o en A Coruña. Se mueven con rapidez por carretera y tienen gente especializada en buscar objetivos fáciles y rentables.

"En realidad, son cuatro atracos concatenados. Dos son muy graves, como el asalto de José Luis Moreno y el homicidio de Parla. Los otros dos, como el de Ikea y el de Plenilunio, son más espectaculares que graves", asegura la delegada del Gobierno en Madrid, Soledad Mestre. "Chocan más por la tranquilidad que se vive en la Comunidad de Madrid, que es absolutamente tranquila y donde no se producen grandes sobresaltos", añade. "La gente debe estar tranquila, porque la policía tiene buenas líneas de investigación y va a resolver los casos más pronto que tarde", concluye.

Las estadísticas de la Guardia Civil de este año son cuanto menos llamativas. Las infracciones penales (delitos más faltas) han subido un 62% en los nueve primeros meses del año. El Gobierno regional ya se ha encargado de airear este dato en diversos foros, ya que las denuncias han pasado de 25.400 en 2006 a 41.500 en el mismo periodo de este año.

La explicación que da el instituto armado es que ha cambiado la forma de computar los datos. Si antes un grupo vandálico rompía 10 lunas de coches en una misma calle, se consideraba como un único delito. Continuado, eso sí. Pero con el nuevo sistema, son 10 delitos o faltas, según la cuantía. "Si realmente hubiera subido la delincuencia un 60%, los mandos de la Guardia Civil en Madrid estaríamos todos destituidos", bromeaba esta semana un responsable del instituto armado.

El consejero de Presidencia e Interior, Francisco Granados, mantiene un discurso crítico con la política de seguridad del Gobierno central. "En el último año, hay una sensación creciente de inseguridad en la región. Los que más fomentan esta percepción de la gente es el pequeño delito. Desde luego, también hay que atajar el grande, por lo llamativo que es", explica el consejero Granados. Éste plantea que crezca el número de efectivos para la región. Eso evitaría que se cerraran cuarteles de la Guardia Civil que cuentan en la actualidad con cinco o seis efectivos. "No tienen ni medios para vigilar el propio cuartel. ¿Cómo es posible que hasta una decena de pueblos esté sin Guardia Civil? Eso lo saben los delincuentes y lo aprovechan", afirma Granados.

Los sindicatos policiales también apoyan en parte esta tesis del Gobierno regional. Para el secretario regional de la Unión Federal de la Policía (UFP), Alfredo Perdiguero, algunos capítulos de la estadística policial "se están disparando". Habla de los atracos, los hurtos y los robos con fuerza. "Los robos en el interior de vehículo no han dejado de bajar en todo el año. Y no se han puesto medios para solucionarlo. Esa delincuencia de baja intensidad, entre comillas, es la que más daño hace", afirma Perdiguero.

Su homólogo de la Confederación Española de la Policía, José Miguel Lorenzana, discrepa en algunos puntos. "Madrid sigue siendo de las ciudades más seguras de España y de Europa. De acuerdo que un repunte como el que hemos vivido estas semanas crea cierta inseguridad. Pero para gran cantidad de la población esto que ha pasado no es nada grave", argumenta Lorenzana. "Los ladrones saben que en Navidad hay mucho dinero en circulación y lo aprovechan", explica.

Los dos representantes sindicales, al igual que Granados, demandan más efectivos para Madrid. "Esta región tiene muchos policías [unos 8.000 del Cuerpo Nacional de Policía y unos 5.500 guardias civiles], pero también tiene muchos servicios de escoltas y vigilancias, lo que detrae a muchos agentes de la calle".

La región sufre, según datos de la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, un 28% de la delincuencia de toda España. "Pero a eso hay que añadir otro problema. Lo que pasa es que cualquier hecho importante que ocurre aquí tiene una caja de resonancia muy importante. Ya ha quedado muy lejos los tiroteos en medio de la calle con dos o tres muertos en ajustes de cuentas", critica un mando policial.