"Hay menos ideas que dinero"
Hace apenas 10 años, Luis del Rivero era un empresario poco conocido, aunque apuntaba. Sacyr, la empresa que había creado en 1986 con otros ejecutivos de Ferrovial, no dejaba de ganar contratos y crecer. Compró Vallehermoso, lanzó una OPA sobre el BBVA que fracasó, salió al exterior... Fue vertiginoso y Del Rivero se hizo un hueco en la lista de los principales empresarios del país. Ahora, mientras libra una batalla crucial en Francia por el control de Eiffage, una de las constructoras más emblemáticas, acaba de lograr un gran acuerdo para construir infraestructuras en Libia. El objetivo de este murciano de 58 años, que tiene pasión por los coches antiguos, es seguir creciendo y hacer frente a cualquier atisbo de crisis. La entrevista discurre en un viaje de ida y vuelta a bordo de un avión privado a Cantabria, donde estudió Caminos y se suele refugiar.
"No creo que bajen los precios nominales de la vivienda, aunque puede haber oportunidades"
"Las relaciones han sido más fluidas con este Gobierno que con el anterior"
P. En la visita de Gaddafi, usted fue una de las estrellas, ¿se siente un triunfador?
R. Debo decir que llevamos negociando con Libia desde incluso antes del verano. Es un país que, como otros productores de petróleo y de materias primas, vive una gran bonanza, y, lógicamente, quiere mejorar las infraestructuras y sentar las bases para una economía menos dependiente de los precios de las materias primas.
P. Supongo que ser el principal accionista de Repsol, primer grupo privado en dicho país, le ha supuesto una gran ventaja, ¿no?
R. Pues no. José Manuel Loureda, anterior presidente de Sacyr y uno de los principales accionistas, fue tres años delegado de Ferrovial allí y mantiene contactos. Además hemos empleado otras vías de penetración.
P. Los constructores han ganado mucho dinero en los últimos años y eso les permite la expansión y la diversificación.
R. No es verdad. Lo que sucede es que el nivel de competitividad y dimensión alcanzado por las empresas españolas las hace estar perfectamente preparadas para triunfar en el exterior. Las empresas punteras tienen equipos capaces de transmitir confianza al sistema financiero internacional, lo que ha permitido realizar fuertes inversiones, no sólo en construcción, sino en banca, energía eléctrica, telefonía, etcétera. En nuestro caso, en los últimos cuatro años hemos ganado alrededor de 2.200 millones de euros y, sin embargo, las inversiones realizadas superan los 12.000 millones. En cualquier caso, hay menos ideas que dinero.
P. El Banco de España ha alertado sobre el endeudamiento de las constructoras.
R. Francamente, no conozco al detalle lo que ha dicho el Banco de España, pero si las empresas tienen que realizar fuertes inversiones en sectores masivos de capital, como infraestructuras, inmobiliario o energía, es lógico que tengan deudas. Lo importante es que se paguen con los ingresos recurrentes y tener capacidad para hacerlas frente.
P. ¿Se ha terminado la etapa de las vacas gordas de la construcción en España?
R. Vamos a ver. La construcción tiene varios subsectores, y puede que en el residencial haya una desaceleración en los próximos años si no se toman las medidas adecuadas. Sin embargo, en la obra pública no se advierte ningún síntoma, sino todo lo contrario, con un plan de infraestructuras que asegura un nivel muy alto de obra civil hasta 2020 y con unas cuentas públicas muy saneadas que hacen que se pueda incluso pensar en mayores incrementos de los previstos.
P. Pero el sector inmobiliario atraviesa una crisis hipotecaria galopante.
R. Realmente, el sector inmobiliario lo que vende son créditos hipotecarios. En el caso español, el ahorro propio es insuficiente para las necesidades crediticias del país y se debe complementar con el ahorro externo. Ese ahorro, que se destina a créditos al consumo, hipotecarios, para inversión, e incluso para comprar empresas fuera de España, está al 50% y, por consiguiente, todas las actividades están al 50%. Hoy día, la marca España no está en su mejor momento, sin ninguna razón que lo justifique. Cuando se vea que realmente la morosidad española es 20 veces inferior a las subprime y cuatro o cinco veces inferior a la general en Alemania o en Francia, se volverá a captar ahorro exterior. Hay una sensación de riesgo que se traduce evidentemente en menores créditos.
P. ¿Cuándo va a suceder eso?
R. Quizá en seis o nueve meses, pero a todo esto hay que decir que las entidades financieras españolas siguen trabajando con normalidad con el sector inmobiliario.
P. Las inmobiliarias han creado el G-14, ¿no quiere decir que reconocen la crisis?
R. La razón del G-14 es que las empresas son cada vez más grandes y llega un momento en que deben defender sus intereses y su reputación. En su momento, las constructoras crearon Seopan, y los bancos, la AEB.
P. ¿Cree que se clarificará la situación?
R. El sector se adapta a la demanda con cierto desfase y la demanda está en función directa de la financiación existente. Si la financiación se endurece, existirá una menor demanda y se darán casos de sobreoferta. Como la demanda potencial de España se sitúa en 450.000 nuevas viviendas, puede haber un momento en el cual haya demanda no satisfecha por la falta de financiación, pero, una vez restablecidas las condiciones normales, se normalizará el mercado.
P. ¿Pero van a bajar los precios, que es lo que interesa al ciudadano?
R. En general, en términos nominales no lo creo, si bien será posible encontrar oportunidades en producto residual, es decir, aquellas viviendas que hayan quedado sin vender después de un tiempo de haber finalizado la promoción.
P. ¿La política del BCE perjudica?
R. En absoluto, porque lo primero que tiene que haber es crédito, y el BCE está inyectando liquidez al sistema, si bien sería más conveniente si inyectara dinero a más largo plazo.
P. Usted dijo que todo respondía a una campaña mediática, ¿sigue pensando igual?
R. No me refería a la situación financiera, sino a algo más profundo de los fundamentos de la economía española. Parto de que ésta tiene dos motores, el sector turístico y el inmobiliario-construcción. Si nos dedicamos a decir que el sector turístico está lleno de irregularidades y montamos campañas contra esos sectores, ahuyentamos la inversión. Pero la realidad es terca. El Mediterráneo es la mejor oferta. Tenemos cinco pilares básicos (moneda única, buenas infraestructuras, red hospitalaria extensa, un aeropuerto a menos de 30 minutos y sol) que lo hacen excepcional para el turismo y para que los jubilados europeos puedan venir a vivir durante 11 meses al año. El aprovechamiento de esos factores puede dar lugar al megaturismo, es decir, si un turista pasa de media una semana en España, un jubilado que pase 48 semanas equivale a 48 turistas, con el consiguiente efecto en la balanza de pagos. Tenemos un potencial enorme para continuar creciendo y contar con 20 millones de jubilados europeos.
P. ¿Y el medio ambiente? ¿No hay mucho ladrillo? ¿No cree se puede acabar con la gallina de los huevos de oro?
R. Si hay que defender el entorno, yo voy más allá que los ecologistas. Si quieren que la costa no se toque, pues maravilloso. Se trata de que la gente pueda estar cerca del mar, entre tres y 10 kilómetros. Pero el ataque viene de antes de la crisis de crédito.
P. ¿A quién quiere meter el dedo en el ojo? ¿A algún político?
R. Yo no apunto con el dedo a nadie. Hay que leer los periódicos y se ve quién se dedica a hacerlo. ¿Por qué lo hacen? A veces, por inconsciencia; otras, por intereses ocultos; pero, lamentablemente, lo hacen.
P. Pues no caigo, se lo aseguro.
R. Yo no sé si es alguien que utiliza los medios. Veo que los pilares básicos de la economía se atacan desde los propios medios españoles. Quizá a veces hay intereses políticos o sensacionalistas. Sólo constato que no es bueno para la economía española. En la prensa de países vecinos no leo nunca ataques de ese calibre a su economía.
P. ¿Prevé alguna nueva operación empresarial en el sector?
R. Depende en qué sector. En el mixto construcción, inmobiliario, concesiones, servicios y energía, no. Un tema diferente sería en el sector inmobiliario puro.
P. ¿Piensan aumentar o tomar la gestión de Repsol, donde tienen el 20%?
R. Nuestra inversión se paga con los dividendos, y estamos contentos y en gran sintonía con la dirección. Nuestro interés radica en ser socios de referencia de una de las primeras empresas de España, con una cifra de negocios superior a la suma de Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa y Gas Natural.
P. ¿Cómo ve que La Caixa haya nombrado a su presidente y a su director general consejeros de Repsol?
R. Nosotros pedimos permiso a La Caixa para comprar. Tenemos gran lealtad hacia ella y nos parece excelente que nombre los consejeros de mayor peso.
P. A través de Repsol están en muchos países conflictivos. ¿Les complica?
R. Siempre hay tensiones entre las compañías internacionales y las nacionales. Aunque no soy portavoz de Repsol, creo que están en la línea acertada.
P. ¿Se ha recuperado Latinoamérica?
R. La región está dividida en los países que cuidan la inversión extranjera más y los que no. A nosotros nos gusta trabajar donde se cuida la seguridad jurídica. Y nos interesa invertir en México y Brasil, aparte de los que ya estamos.
P. ¿Y fuera de Latinoamérica?
R. Estados Unidos, Canadá y países con economía muy excedentaria, como Arabia Saudí y Emiratos Árabes, además de Libia.
P. No ha citado Francia, ¿ya no interesa?
R. Estamos a través del 33% de Eiffage y sí, nos interesa.
P. Ya, pero le han puesto muchos obstáculos. Usted tiene fama de peleón, ¿va a ganar la batalla con el presidente de Eiffage, Jean-François Roverato?
R. Estamos esperando acontecimientos.
P. ¿De los tribunales?
R. No sólo de los tribunales. Ha dimitido el director general y, como primeros accionistas, nos gustaría ser informados sobre las razones, porque lo que se ha dicho es contradictorio. Me gustaría que informara sobre las razones por las que alguien que lleva 20 años en la empresa, dos en la dirección, y que ha sido seleccionado con mucho mimo y cuidado, de repente se descubre que no vale. Y sorprende que los sindicatos hayan pedido la dimisión del consejo de administración.
P. ¿Cómo cree que va a acabar el litigio?
R. Tenemos toda la razón y esperamos ganar, pero somos amigos de los pactos.
P. O sea, que si no gana ¿pueden incluso vender?
R. No lo contemplamos.
P. ¿Por qué Roverato no quiso negociar?
R. Habrá que preguntárselo a él. Pensaría que le íbamos a quitar privilegios. Dijo en el Senado francés que ya quedó demostrado en tiempos de Felipe II que no se podía gobernar Europa desde Madrid y que esperaba que tomaran buena nota los herederos indirectos de Felipe II. Con este tipo de razonamientos, las cosas son imprevisibles.
P. Parece que mientras las empresas francesas pueden campar en España, en Francia pasa al revés.
R. Quiero subrayar que hay operaciones de dimensión europea que se deben examinar en Bruselas y que todos los Estados miembros deben cumplir lo que han firmado. Espero que así sea con nosotros.
P. Los accionistas de Sacyr están contentos, pero también inquietos.
R. Las acciones han crecido de nueve a 30 euros en cuatro años y las decisiones se han tomado siempre por unanimidad.
P. ¿Le escuece todavía el fracaso por no entrar en el BBVA?
R. No. Lo tengo muy claro. Para nosotros era muy interesante ser primer accionista de quien, a su vez, era primer accionista de Iberdrola, Repsol, Iberia, Telefónica... Se politizó porque no se obtuvo el permiso del Banco de España, que no consideró la declaración de participación significativa. En esas condiciones dejaba de ser interesante tomar una participación en contra del gobernador.
P. ¿Se precipitaron?
R. No. Creo que el gobernador tendría sus razones para declarar no significativa una participación que era 80 veces superior a la del siguiente accionista.
P. Pero no llegaban al 5% mínimo.
R. Nosotros teníamos intención de superar el 5%, pero ya nos dijo que si llegábamos, no la declararía significativa. Y que si llegábamos al 10%, pensaría si nos hacía lanzar una OPA por posición dominante.
P. ¿Quedó satisfecho de la actitud del Gobierno? Parece que hubo división.
R. Fue informado, como lo fue la oposición. Pero no tuvo ninguna actitud, puesto que si la hubiera tenido, el Banco de España, cuyos poderes son delegados de Economía, habría apoyado la operación. Y si el Gobierno la hubiera apoyado, el resultado habría sido otro.
P. Usted tiene fama de estar próximo al Gobierno.
R. Como empresario debo tener siempre buenas relaciones con el Gobierno, con los de las Comunidades Autónomas y con Gobiernos de países en los que trabajamos.
P. Pero, por ejemplo, no dudaron en llamarles para solucionar el problema surgido en el AVE catalán. Por algo será.
R. No tengo por costumbre comentar lo que se dice en reuniones donde existen personas de rango superior a mí.
P. Su empresa creció con el anterior Gobierno del PSOE y ahora, con el actual, es cuando usted aparece como uno de los empresarios de élite. ¿No se debe a esa buena relación con los Gobiernos socialistas?
R. Los fundadores de Sacyr colaboramos en el desarrollo de la empresa en la que estuvimos, Ferrovial. Posteriormente, Sacyr ha ido creciendo desde 1986 hasta 2007, sin que haya sufrido periodos de cambios radicales en uno u otro mandato político. Lo que hemos hecho es mantener posiciones de servicio y cumplir con todos.
P. Además, usted fue de AP y tiene buenas relaciones con Aznar. Se me olvidaba.
R. No, yo no he sido nunca político. Aunque fuera vicepresidente local de AP en Murcia. Lo que no quiere decir que reniegue de ninguna época de mi vida.
P. ¿Qué le pareció Cascos, con el que tuvieron tantos enfrentamientos, como ministro de Fomento?
R. El mejor ministro de Fomento es el que está en cada momento.
P. Esa frase me suena y, además, rima.
R. Será que nos la enseñaron en la Escuela de Caminos.
P. ¿Y Magdalena Álvarez, la actual ministra?
R. La mejor de ahora.
P. ¿Las relaciones con el Ejecutivo han sido más fluidas ahora o antes?
R. Han sido más fluidas ahora, sin que ello quiera decir que no hayamos tenido alguna discrepancia.
P. ¿Qué le parece la labor de Solbes como ministro de Economía?
R. Cuando va a ir de número dos en las listas de Madrid, quiere decir que lo habrá hecho muy bien.
P. ¿Le parece bien que siga si gana el PSOE? ¿Es garantía de ortodoxia?
R. El que nombre el presidente me parecerá bien.
P. Se moja poco, ¿le gustaría que fuera Miguel Sebastián?
R. El que nombre estará bien.
P. No hay forma de que diga algo.
R. Miguel Sebastián trabajó a muerte por el interés de todas las empresas y de la economía españolas.
P. ¿Qué tareas quedan pendientes a su juicio en economía?
R. Pues conocer claramente los sectores que crean riqueza y empleo y apoyarlos, replantear la política energética en un periodo que no sea electoral y con amplio consenso, y fijar objetivos ambiciosos, pensando qué podrá ser el país dentro de 25 años y procurar que se haga en cinco.
P. ¿No cree que ha habido demasiada crispación política estos años?
R. Es un tema que tienen que resolver los políticos, y probablemente en esta próxima legislatura ya se conozcan más y mejoren sus relaciones.
P. Pero un empresario como usted sí debe tener una opinión. Por ejemplo, en el asunto terrorista.
R. En ese tema siempre es el Gobierno que esté el que debe dirigir la política, porque tiene el control del aparato del Estado, y debe estar apoyado por la oposición. Es el tema de más envergadura y los partidos deben llegar a un acuerdo.
P. ¿Las empresas españolas han estado bien arropadas en el exterior?
R. Ha habido cambios notables, con las embajadas y la Oficina Económica de Presidencia cada vez más implicadas. No se tiene la tradición de otros países, pero es necesario ese respaldo, al igual que hay que favorecer la inversión extranjera aquí.
P. ¿No cree que se ha centrado en Latinoamérica y se ha olvidado de otras áreas?
R. Es lógico estar en el mercado latinoamericano, por razones culturales; luego hay que estar en el europeo, por cercanía; en tercer lugar, en los países de la OCDE, y finalmente, en el resto. Sería bueno estar en el mercado chino, pero es muy complicado.
P. ¿Eso significa que no piensan ir?
R. Hoy no, pero no quiere decir que dentro de 10 años no sea así. Hoy damos abasto lo que damos.
P. ¿Qué tal se lleva con el resto de constructores?
R. Tengo buenas relaciones con todos, pero son rivales.
P. ¿A quién admira?
R. A Botín, la genialidad que tiene en las operaciones, el haber tomado el Banco Santander como séptimo de España y, quizá después de esta crisis, situarlo primero del mundo tras algún banco chino.
P. ¿Qué recuerda de los tiempos de Murcia?
R. Pues que era más joven, y cualquier tiempo pasado...
P. No se puede quejar de cómo le ha ido.
R. El caudal de ilusiones es menor.
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