Sitiadas en el centro de Valencia
Hace años que viven con una tela envolviendo la fachada para evitar desprendimientos, aunque sus domicilios están perfectamente acondicionados. En la puerta del patio han tenido que colocar un cartel -"En esta finca vivimos. Llamamos Policía"- advirtiendo de que el edificio no está abandonado, pese a las apariencias, para convencer a indigentes y okupas de que no se trata de tierra de nadie. Y allí siguen resistiendo, en el número cinco de la calle de Espartero de Valencia frente al Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat (Muvim) porque no quieren vender el piso en el que nacieron y vivieron las dos generaciones anteriores. María del Rosario y su tía Carmen no están dispuestas a vender la casa a la inmobiliaria de Martínez Colomer. Sus vidas están dentro.
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