La reunión de TMB y conductores de bus fracasa y se mantienen los paros

No hubo sorpresa. Las negociaciones iniciadas ayer entre Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y los conductores de autobús para tratar de suspender la huelga prevista para los próximos días 2, 3 y 4 de enero fracasó. Ni empresa ni sindicatos se movieron de sus posiciones durante la reunión y, si no media un milagro, se reproducirá la huelga de conductores que la semana pasada obligó a algunos usuarios a esperar hasta dos horas por un autobús. TMB instó a los sindicatos a volver a sentarse a la mesa el próximo 31 de diciembre, pero con la condición de que los conductores desconvoquen la huelga de enero. Los sindicatos rechazaron de plano esta propuesta.

Al tiempo que empezaban las negociaciones en las oficinas de TMB, cuatro conductores iniciaron una huelga de hambre frente al Ayuntamiento para tratar de meter más presión de cara a obtener un resultado favorable en sus reivindicaciones. La intención de estos trabajadores es mantener la huelga de hambre hasta el 1 de enero a las 00.00 horas, momento en el que empezarán los paros de enero. Al inicio de la protesta se registraron momentos de tensión cuando la Guardia Urbana les impidió instalarse con sillas frente al Consistorio, alegando que la ordenanza cívica no lo permite. "Es un trato inhumano por parte de un Ayuntamiento que se dice de izquierdas y progresista. No sólo se niegan a negociar, sino que ahora pretenden que hagamos huelga de hambre de pie", dijo uno de los trabajadores.

Los conductores piden dos días semanales de descanso. La empresa pública sostiene que esa reivindicación ya está al alcance de todos los trabajadores y que nuevas reivindicaciones deben incluirse en el convenio de 2009, una vez haya concluido el actual.

La primera fase de la huelga, que tuvo lugar entre los días 21 y 24 de diciembre, se desarrolló en medio de numerosos incidentes. Según TMB, los piquetes causaron actos vandálicos contra 81 autobuses, entre cristales rotos y ruedas pinchadas.