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La valenciana se sitúa a la cabeza de España en potencia solar fotovoltaica

Los huertos solares superan a las placas en los tejados de las casas

Cristina Vázquez

La valenciana está a la cabeza de España en potencia instalada de energía solar fotovoltaica conectada a la red, según la Asociación de la Industria Fotovoltaica (Asif). Desde 2003, la energía solar se ha multiplicado por 40, con un aumento de la potencia instalada de los 1.300 kilovatios (kw) de entonces a los 52.000 previstos en 2007, según la Agencia Valenciana de la Energía (Aven). "El desarrollo es exponencial", confirma el director general de Energía de la Generalitat, Antonio Cejalvo, quien, no obstante, reconoce que su participación en el mapa energético valenciano es todavía bajo.

Las crisis agrícola e inmobiliaria han hecho proliferar estas instalaciones
El dinero invertido en el parque solar se suele amortizar en una década

Pese a este fuerte crecimiento, la energía fotovoltaica representa el 0,3% de la potencia total instalada en la Comunidad Valenciana, según datos de 2006, por detrás de la generación de la energía eólica y la biomasa, pero el salto dado este año la colocaría.

Los productores de placas fotovoltaicas coinciden en que existe un boom, sobre todo referido a los huertos solares instalados en suelo. "Es necesario un punto de conexión a la red próximo, la tramitación de los permisos y subvenciones y dos contadores; uno de entrada y otro de salida", explican en Siliken, fabricante valenciana con fábricas de módulos solares en Rafelbunyol (Valencia) y Casas Ibáñez (Albacete).

La consultora Affirma, especializada en el sector de la energía solar, da para este tipo de inversión una rentabilidad (TIR) de casi el 11%, frente al 8% de los inmuebles y el 5% de los fondos de inversión. Cada kilovatio/hora generado que se transfiere a la red eléctrica se cobra a 44 céntimos de euro. "Esta energía se vende a las compañías eléctricas seis veces más cara que la media de la energía generada con soluciones clásicas", prosigue Affirma.

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Eso significa que una instalación de 25 metros cuadrados y de unos 4 kw de potencia supondría una inversión de 20.000 a 25.000 euros en función de la calidad de las placas. Gracias a los incentivos que recibe este tipo de energía, la instalación se amortiza, según los expertos, en una década, cuando su vida útil se puede prolongar de 25 a 30 años.

También tiene pegas. El enganche a la acometida es una de ellas y el retraso en el cobro de la energía transferida a la red es, en ocasiones, otro.

"Si el punto de conexión está a dos kilómetros de distancia, la rentabilidad cae en picado, dado que el enganche corre a cargo del dueño", dicen los fabricantes. Las comunidades autónomas españolas a la vanguardia en este tipo de energía son, además de la valenciana, las de Castilla-La Mancha, Navarra o Castilla y León.

En la Comunidad Valenciana hay una potencia total de 52.000 kw repartida entre 2.700 instalaciones. De los 50.000 kw conectados a la red eléctrica, 35.000 están plantados en el suelo y 15.000 se ubican en tejados y cubiertas, según la Agencia de la Energía. Otras 1.200 instalaciones son aisladas y suman una potencia de 2.000 kw.

Jochen Beesem director gerente de Krannich Solar en España, suscribe estos datos, y matiza que "poco a poco la gente se está concienciando" y añade que el Código Técnico de la Edificación debería ayudar a la implantación de placas solares en los edificios. "Por el momento, el gran bocado del negocio está en los huertos solares", añade Beese, que señala a las desaladoras e ingenierías como los grandes demandantes de paneles fotovoltaicos.

En poco tiempo se han puesto en funcionamiento huertos solares en Alcublas, Losa del Obispo, Sinarcas o Beneixama, entre otras localidades. El productor alemán Solon anunció hace unos meses otro parque solar en Ayora, con una potencia de 44 megavatios e Iberdrola tiene previsto ubicar otro huerto solar junto a la nuclear de Cofrentes.

La lista de proyectos es cada vez más abultada. El sector deberá moderar en los próximos años su crecimiento, ahora cercano al 500% anual, y estabilizarse en el 20%, según la Asociación de la Industria Fotovoltaica (Asif). Para ello propone un modelo de crecimiento basado en plantas menores de 10 megavatios que potencie la incorporación de esta tecnología a la edificación. "El Gobierno está retrasando cuáles son sus planes para el sector y eso nos genera mucha incertidumbre", dice Beese.

"Con las crisis agrícola e inmobiliaria, cientos de terrenos rústicos se están convirtiendo en generadores de energía eléctrica limpia y sin residuos nocivos para el medio ambiente, al tiempo que es una inversión rentable", advierte Rafael Diranzo, director de Comunicación de Silikeb. Además, en plena era del pacto de Kioto, la industria solar reduce las emisiones de dióxido de carbono.

Las universidades dan ejemplo

La expansión de la energía solar, propiciada por un cambio en la regulación de 2004, ha cogido al sector público desprevenido. Los Ayuntamientos y universidades son los que primero se han subido al tren de esta energía renovable. En la actualidad, unos 40 Ayuntamientos -24 en la provincia de Valencia, 15 en la de Alicante y 1 en la de Castellón- cuentan con instalaciones fotovoltaicas colocadas sobre colegios municipales, polideportivos o inmuebles similares, explican en la Aven. El Ayuntamiento de Montserrat tiene un huerto de 100 kw y el de Morella tramita otro. Los responsables del Palau de Congressos de Valencia han manifestado su intención de sumarse a esta tendencia y colocar placas en su cubierta. Pero las que más han corrido han sido las universidades valencianas.

Los órganos de gobierno de la Universitat de València aprobaron hace unas semanas la instalación de 16.000 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos en todos sus edificios a excepción de aquellos inmuebles históricos (La Nau, Rectorado, Facultad de Medicina) en los que pudieran tener un impacto visual negativo. Con ello, dejará de emitir 891.878 kilogramos de C02 anuales a la atmósfera, lo que representa unas 40.000 toneladas en el tiempo estimado de vida útil de las placas (40 años). Además, se convertirá en el primer productor de energía solar de la ciudad de Valencia.

La Universidad de Alicante fue una de las pioneras, al incorporar una pequeña planta. Ahora planea para su Parque Científico, un parque solar de 2.000 metros cuadrados, que se ejecuta en colaboración con Unión Fenosa y la Caja de Ahorros del Mediterráneo.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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