La sorpresa 'underground'

Björk, Kate Bush, Stevie Nicks, Nico, Jane Birkin, Siouxsie Sioux, Sinead O'Connor, Nico y Cleopatra. Éstos son algunos de los nombres con los que se ha comparado a Natasha Kahn, una inglesa de origen paquistaní nacida hace 28 años en Brighton y líder del combo Bat For Lashes, una de las sorpresas underground de 2007.

"Mi artista preferido es Devendra Banhart, porque es muy espiritual"

"Casi todo lo que escribo en las canciones procede de visiones"

"Me preguntan cosas que debería saber y no me suenan de nada"

"Sí, todo el mundo me compara con todas estas chicas", ha declarado la Kahn, "pero mi gusto musical es mucho más masculino. Neil Young, Lou Reed... Ellos son la música que siempre me ha interesado. Mi artista preferido actual es Devendra Banhart, quien escribe canciones muy espirituales y me pinta unos retratos maravillosos". Una versión del tema I'm on fire, de Bruce Springsteen, más masculino que un desayuno a base de sol y sombra, nunca falta en el directo de Bat For Lashes.

La banda fue candidata para el prestigioso Mercury Music Prize por su álbum de debut, Fur and gold (EMI), premio para el que eran favoritas en todas las casas de apuestas británicas hasta que Klaxons las derrotaron. Influida por Roald Dahl, Sun Ra y la Velvet Underground, Natasha formó el grupo en un sueño y aún hoy casi todas las canciones de la banda son ensoñaciones de la hija del antiguo seleccionador paquistaní de squash. "Casi todo lo que escribo en las canciones procede de visiones. Cosas que he soñado, que me han venido en una iluminación. Creo que todo lo que resuena en tu cabeza procede de una vida pasada o de algo que les sucedió a tus ancestros", comentaba esta antigua estudiante de artes visuales, cuyo primer contacto con el mundo de la creación llegó a través de videoinstalaciones y trabajos de arte multimedia influidos por la obra de Susan Hiller, y que hoy celebran por su aportación musical personajes tan dispares como el editor de la revista Dazed and Confused, Jefferson Hack, o el epígono del rock experimental y líder de Radiohead, Thom Yorke. El primero ha dicho de la banda que ella lidera que "está más allá de la moda o la tendencia. Tienen un poder ancestral. Natasha posee un aire a chamán", mientras, Yorke encuentra en la música del grupo grandes influencias de los cuentos de los Grimm. Y lo celebra.

Entre la ensoñación élfico tolkieniana de Joana Newsom, otra de las artistas seudomedievales que arrasaron el año pasado, y la estética de cuento de hadas danés que se ha convertido en sorprendente tendencia, Natasha y su combo se han convertido en el grupo más buscado por los cazadores de talentos de medio planeta. Si a eso le sumamos un aire étnico que entronca con la tendencia a convertir los arquetipos anglosajones de world music en portada de revista de moda -de cualquier modo, la Kahn rompió lazos con su familia paquistaní y le molesta sobremanera que la relacionen con ella-, nos encontramos ante el sueño húmedo de cualquier antropólogo pop. Obsesionada con el tarot y la obra de Diane Arbus, Natasha es puro esteticismo disfrazado de hippy posmoderno. Posee unos principios morales tan potentes que le impiden ceder uno de sus temas para la campaña de una multinacional de refrescos. Es seguidora de las bicicletas BMX, de las películas de Rocky y de la poesía de Allen Ginsberg. En un acto de posmodernismo hedonista, confunde orgullosa al cineasta James Cameron con David Cameron, el líder del Partido Conservador británico. "Mucha gente me pregunta sobre cosas normales, cosas que debería conocer, pero que no me suenan de nada. Me parece que he vivido una vida muy extraña. Prefiero que me pidan que dibuje un autorretrato a que examinen mi conocimiento sobre el mundo supuestamente real".