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Reportaje:17ª jornada de Liga

"Realmente, lo pasé bastante bien"

Schuster dice que vivió una noche tranquila y destaca el trabajo defensivo del Madrid

Diego Torres

Pepe salió victorioso de su primer mano a mano con Eto'o. No era sencillo sacar la pelota al camerunés. Ayer pisó el área de Casillas y se la enseñó al central, amenazando con engancharla en un arranque explosivo para quedarse solo ante el portero. Habían pasado diez minutos de partido. Pepe lo aguantó, esperó inmóvil y, de repente, estiró la pierna derecha como si fuera una garra retráctil. Eto'o se quedó como una estatua. Perplejo mientras su marcador huía impune. Pepe se llevó el balón con la punta de la bota y salió jugándolo en una demostración de autoridad que justificó la tranquilidad de los técnicos del Madrid durante la semana.

La caseta de Bernd Schuster había debatido sobre cómo había que jugarle al Barça. La conclusión fue clara. Si la defensa del Madrid superaba al ataque del Barça, gran parte del clásico estaría ganado. Así fue.

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"Les hemos mantenido lejos de la portería", dijo Schuster al término del partido. "Hicimos lo posible para que no nos llegaran por el medio. Les obligamos a canalizar el juego por las bandas y esto les quitó mucho poder ofensivo porque ellos son peligrosos cuando tiran paredes al borde del área con gente como Iniesta, Deco, Eto'o y Ronaldinho. Se lo hemos impedido. Ahí estuvo la clave".

Pocas veces se vio a Eto'o fracasar tanto ante un central. Pepe fue un muro. Por detrás, Casillas se agrandó en las últimas instancias. Le robó el balón a Eto'o en la única ocasión que éste ganó la espalda a Pepe y le paró un tiro a bocajarro a Ronaldinho y otro a Bojan. Las tres jugadas eran más ventajosas para los atacantes, pero se impuso el portero.

Por delante, Cannavaro ordenó la defensa con inteligencia, Heinze marcó la raya con su habitual fervor, Ramos puso todo su empeño combativo y Diarra barrió el carril central sin salirse de su guión.

Los de arriba también colaboraron. Robinho, el que menos vocación defensiva tiene, corrió lo mismo hacia delante que hacia atrás para estorbar las incursiones de Iniesta. El Madrid de Schuster es una máquina de defender. Como dijo Frank Rijkaard: "Colocaron a nueve jugadores por detrás del balón".

"Hemos trabajado muy bien en la defensa", asintió el técnico alemán; "el Barça se ha quedado sin marcar en su campo por primera vez desde marzo de 2005. Esto nos indica la importancia de lo que hemos logrado hoy. Ellos vieron de entrada que no llegaban con facilidad. Luego, el gol fue un golpe muy duro".

Schuster repite: "Nuestra obligación es tener el balón el máximo tiempo posible". Es lo que la opinión publica madridista espera que diga, pues fichó por el Madrid porque ofrecía un fútbol elaborado. Sin embargo, las estadísticas de los partidos de su equipo denuncian más bien lo contrario. El que tiene el balón suele ser el adversario. El que elabora suele ser el otro. El entrenador lo sabe, pero ha optado por conservar algunos de los mecanismos que caracterizaron la táctica con balón de Fabio Capello. Es decir, que evita complicaciones. La consigna es aguantar firmes atrás y llegar arriba con pocos pases. Lo esencial es, por tanto, defenderse.

Si alguno de los jugadores no se acomoda a esta forma de ver las cosas, no juega. Guti no tuvo la confianza de Capello por este motivo. Tampoco Schuster cuenta con él.

Ayer, después del triunfo, Schuster cambió su discurso. Ya no habló de superar a Capello. En cambio, se aproximó conceptualmente al pragmatismo de su predecesor. "Queremos tener un estilo, una forma de jugar que nos permita ganar", aseguró.

El principal cambio que ha introducido Schuster respecto a la temporada pasada ha consistido en adelantar la defensa para achicar los espacios entre líneas. De este modo, el equipo se cubre mejor. Los riesgos disminuyen. Ayer, especialmente, Schuster dijo que vivió un partido tranquilo. "Realmente, lo pasé bastante bien esta noche", dijo de su estancia en la caseta del Camp Nou; "no lo esperaba. Pero mi equipo trabajó mucho para pasar un buen rato. No diría que fue fácil porque para eso tendríamos que haber marcado el segundo gol. Desperdiciamos varias oportunidades en la segunda parte".

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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