El miedo gana adeptos

La Bolsa española se ha mostrado muy vulnerable ante un entorno económico que continúa acumulando evidencias de una próxima crisis en la que podrían solaparse un crecimiento débil y un incremento de los precios.

El Ibex 35 ha perdido en estos días el 1,84% para cerrar en 15.289,30 puntos, pero no sin antes hacer alguna incursión por debajo de los niveles de soporte, lo que ha contribuido a aumentar los nervios entre los inversores.

El resto de las plazas europeas ha tenido un comportamiento más positivo, con París cediendo tan sólo el 0,05% y Francfort y Londres anotándose ganancias del 0,68% y del 0,58%, respectivamente.

El temor a la entrada de la economía de Estados Unidos en una fase de estanflación ha sido el argumento más utilizado por los vendedores para justificar su decisión de deshacer posiciones. Lo peor es que, ya en la jornada de cierre, se cruzaron declaraciones de dos responsables del BCE, la primera, del presidente, Jean-Claude Trichet, afirmando que el crecimiento económico podría ralentizarse hasta menos del 2% en 2008 y, la segunda, del gobernador del banco central de Austria, que dice que el BCE hará todo lo necesario para que la inflación se sitúe de nuevo por debajo del 2%, es decir, que podría darse una caída de la actividad económica al tiempo que suben los tipos de interés.

Para muchos inversores, los indicadores económicos han puesto el decorado a punto y ahora sólo falta que empiece la función.

A lo largo de la semana se conocieron en Estados Unidos los datos de actividad industrial de la región de Nueva York, con una importante caída, el descenso en la construcción de viviendas, la fuerte caída de la actividad industrial en Filadelfia y el sorprendente incremento del PIB en el tercer trimestre, que fue revisado hasta un alza del 4,9% desde el dato provisional del 3,8%.

En Europa, apenas se publicaron un par de indicadores, que recordaron que siguen subiendo los precios -el IPRI de Alemania subió el 0,8% en noviembre- y que la confianza se enfría con rapidez. Entre todos estos datos también hubo buenas noticias, como la masiva intervención del BCE, con una inyección de 350.000 millones de euros para aliviar las tensiones del mercado interbancario al cierre del ejercicio.

Finalmente, fueron las operaciones corporativas las que animaron al mercado, como la OPA de Grupo Prisa sobre Sogecable y la posibilidad de que ACS incremente su participación en Unión Fenosa para evitar problemas. Repsol YPF también sonó a última hora por la posible venta del 25% de YPF.

La contratación ascendió en el Mercado Continuo hasta una media diaria de 7.621,93 millones de euros, 2.305 millones más que la semana anterior, debido a las operaciones relacionadas con el vencimiento de los contratos de opciones y futuros. En el "mercado abierto" se movieron 4.716,22 millones de euros diarios.