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Entrevista:XAVI HERNÁNDEZ | Centrocampista del Barcelona | 17ª jornada de Liga

"Me obsesiona dar un mal pase"

Aparece en la sala de entrevistas cargado de bolsas: "Regalos para la familia", dice. En un momento de juego más dulce que una gominola, Xavi Hernández (Terrassa, 1980) se convirtió después del partido ante el Stuttgart en el jugador del Barça con más partidos internacionales (86). Hoy es el segundo capitán y un referente en el campo para su equipo y para la selección.

Pregunta. ¿Qué significa formar parte de la historia del club?

Respuesta. ¿Por superar el récord de Migueli? El de partidos totales no se lo quitará nadie: era un futbolista que se basaba en el físico y aguantó 15 temporadas. Es impresionante. Hace poco también superé a Pep [Guardiola] en no sé qué, pero al final, piensas: 'Pep me gana con mucho en títulos'. Para el tiempo que llevo, he ganado poco.

"La sensación de ganar es tremenda; perder con el Madrid me amarga"
"Guti es un superdotado; el año pasado se metió entre líneas y nos mató"
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Un clásico de vértigo

P. Llegó al equipo en tiempos convulsos para la entidad.

R. Vengo de una larga travesía por el desierto. Un desastre. Ahora disfruto porque competimos por los títulos y entonces nos peleábamos por meternos en la UEFA. Hace un año, perdimos, pero estábamos en Japón jugando el Mundial de Clubes. Sería un pecado desaprovechar el talento que tenemos; no lo había visto nunca. Es el mejor equipo en el que he jugado.

P. Desde el año pasado, cuando se quedaron a cero, saben que nos les alcanza con talento.

R. Luis Aragonés dice que cuanto más se trabaja, más suerte se tiene. Me cuesta empezar, me produce un poco de pereza, pero una vez estoy puesto, me impongo hacerlo todo perfecto. Por eso, no quiero perder nunca el balón y me obsesiona dar un mal pase. Me han enseñado así. Me enseñaron que el trabajo y la actitud son muy importantes.

P. La sensación de la calle es que ustedes trabajan poco.

R. Si te entrenas una hora a tope, con el calendario que hay, es suficiente. Es mejor que entrenarse tres sin ritmo. Trabajamos, claro que sí. Si no, no ganas a nadie. ¿No ha visto esta semana? Sabemos que el mister está poniendo a quien está bien y el que no está bien no juega. Por eso nos entrenamos con esas ganas, esa intensidad, ese ritmo.

P. No todos.

R. Yo valoro el conjunto; en el vestuario sabemos qué nos jugamos. Luego el que debe elegir quién juega es el entrenador. Ahora mismo no lo tiene muy fácil. El nivel es altísimo. ¿Ha visto a Gudjohnsen? Ha ganado confianza y parece otro. Siempre tuvo esa calidad, pero sin confianza... Está infravalorado.

P. ¿Y Ronaldinho?

R. Hay que respetar la decisión del mister porque busca lo mejor para el equipo. Nadie espera que no jueguen Ronnie o Deco, fundamentales en los últimos años pero, por mucho que sorprenda, es el técnico quien decide. Entiendo que Ronaldinho y cualquiera que no juegue pueda estar tocado.

P. ¿Añorarán a Messi?

R. Espero que no le echemos de menos, pero le echaremos de menos. Me explico: es imprevisible. A veces pienso, '¿cómo va a salir de esa?'. Y sale. Es determinante y estaba en un momento de forma impresionante.

P. Siempre les quedará Eto'o.

R. Son distintos. Samu es un asesino del área. Contagia su ilusión, sus ganas... Y además es muy inteligente, se nota que se ha criado con Luis [Aragonés]. Sus movimientos son perfectos. Yo le miro y él ya me arranca, controlo y ¡zas! Ya se ha ofrecido. Se adapta al compañero y al equipo de una manera increíble. Pienso que hemos cogido el punto, pero el clásico se juega en muchos terrenos.

P.¿También emocionalmente?

R. También. Ellos tienen la ventaja de los puntos [cuatro] y a nosotros se nos exige ganar. Piensas, '¿es mejor salir tranquilo, sabiendo que hay colchón, o exigidos?'. Porque ganar siempre quieres ganar.

P. Pues yo no sé; usted dirá.

R. He crecido en el Barça y desde niño estás obligado a ganar o ganar. Y más contra el Madrid. Normalmente, siempre que hemos jugado con la obligación de ganar, hemos ganado. La necesidad es una buena motivación, no una presión. La exigencia nos motiva. Al equipo le veo con ese punto de nervio necesario.

P. El que está que se sale es usted...

R. Disfruto. He olvidado la lesión. Definitivamente, soy yo, vuelvo a ser yo. Siento que he recuperado el dinamismo y las sensaciones. Ahora es, ¡pam! y llego antes, la toco con la puntita... Como antes de la lesión. He recuperado una décima de segundo, carencia que arrastré un año. Acusé el Mundial. Lo hice todo para llegar a tope a final de año y después, al inicio del curso pasado, me faltó gasolina.

P. ¿Sabe cuántos clásicos lleva jugados?

R. Diez o doce, pero siempre son pocos. Éste es el partido. La sensación de ganar el clásico es tremenda. Perder con el Madrid me amarga. No quiero ni pensar en las Navidades que tendríamos los culés si no ganamos. Hay que ganar por la gente. Además, el último recuerdo es muy desagradable. Perdimos la Liga contra ellos. La gente dice que el Betis y el Espanyol nos la quitaron y la perdimos por el gol average con el Madrid. Fue durísimo. Nos metieron tres en casa (3-3).

P. Eso le pasa por ser culé.

R. Miro al Madrid desde la perspectiva de un barcelonista. Si pienso como culé me digo: 'Hay que meterles cuatro', pero si lo miro desde el vestuario, je, je... Entonces digo: 'Bueno, si les ganamos, perfecto. 1-0 y en el 90, pero les ganamos'. La valoración futbolística es altísima: tienen a un portero espectacular; no me gusta jugar contra Casillas. Y cuentan con Raúl y Van Nistelrooy, que meten un gol con media ocasión; a Robinho en estado de gracia, y a Sergio Ramos que parece un caballo: potente, fuerte y con elegancia, con clase.

P. El centro del campo, en cambio, es confuso.

R. Diarra juega siempre, y ahora lo hace con Baptista y Sneijder. Me sorprende que no juegue Guti, un superdotado. El año pasado en el Camp Nou nos mató; se metió entre líneas y nos destrozó, pero lo más complicado en un partido contra el Madrid es mantener la cabeza fría. Cuesta mucho y hay que hacerlo porque, si no, salen muchas tarjetas. Yo he visto expulsar a Figo, Oleguer, Roberto Carlos... Tenemos que dominar el juego; si les dejamos jugar y mover el balón en nuestro campo, sufriremos.

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