En defensa de la Vall d'Aigües Vives

Un grupo de ecologistas de la plataforma Salvem La Casella se concentró ayer a las puertas del Ayuntamiento y mostró su oposición tapándose la boca con una cinta, en el pleno de Alzira que aprobó, anoche, el Programa de Actuación Integrada (PAI) denominado Medievo que contempla la construcción de un campo de golf, un hotel balneario de estilo medieval y 780 viviendas unifamiliares en una parcela de cerca de 2 millones de metros cuadrados de la Vall d'Aigües Vives.

Los ecologistas advierten de que la nueva "contraviene" la voluntad de los 18.000 vecinos que firmaron un escrito donde expresaban su postura contraria a la recalificación de terrenos protegidos de la Vall d'Aigües Vives. Y consideran que "menosprecia" el dictamen emitido por el consejo municipal de medio ambiente "contra las recalificaciones de terrenos protegidos".

El Bloc fue el único grupo municipal que votó en contra del PAI. Su portavoz, Carles Aranda, lo calificó de "monstruoso" por el "importante impacto paisajístico y medioambiental" que la urbanización ejercerá sobre el valle. El PSPV votó en contra, según su portavoz, Enrique Alborch, porque no conocen "con exactitud" el proyecto.

Mientras, la alcaldesa, Elena Bastidas, del PP, lo defendió basándose en su "bajo índice de edificabilidad" y en que se trata de "una apuesta turística y residencial razonable y sostenible".

El PP, que logró la mayoría absoluta en los últimos comicios municipales, amplió el gobierno con la incorporación de los dos ediles del PSD.