La lusofonía derrota al frío en Pontevedra

Desde Galicia hasta Brasil, pasando por Cabo Verde, Guinea Bissau y Portugal, la quinta edición del festival Cantos na maré trazó, en el Pazo da Cultura de Pontevedra, "un mapa de la lusofonía a través de la música", tal y como lo definió a pie de escenario Uxía Senlle, directora artística de un evento solidario que consiguió mantener las emociones del respetable a flor de piel, alternando el ritmo caribeño con la melancolía gallega o la velocidad de los sones africanos bajo la batuta del maestro Paulo Borges.

Las bajas temperaturas del fin de semana no fueron impedimento para que el sábado el aforo del auditorio capitalino, de 700 personas, volviese a hacer pleno, repitiendo el éxito de la anterior edición. En contraste con ese frío, agudizado en la noche por la cercanía del Lérez, la temperatura empezó a subir en una platea multilingüe con la aparición de Senlle y Manecas Costa a la guitarra, que arrancaron la fiesta de la música "en gallego-portugués" con Cantos na maré, el himno del festival. A continuación, la gallega se hizo acompañar por la dulzura y el deje tropical de Ceumar, artista brasileña cuya voz definió la maestra de ceremonias como de "delicadeza en tiempos de aspereza".

El espectáculo se desbordó con la voz telúrica de Mercedes Peón

Luego tomó el relevo JP Simôes, cantautor de la última cosecha portuguesa que además de escritor de cuentos y periodista, ha irrumpido en el panorama luso con aires de renovación. De la mano de 1970 Retrato, pintó el cuadro de su generación con una pieza cargada de contenido que, recitado por su grave tono de voz y su sobriedad, llenó todo el auditorio. Más desenfadada y cómplice con el público fue la interpretación de Se por acaso, junto a Luanda Cozetti, en una especie de toma y daca entre dos ex amantes. Después, Uxía acompañada por una de las figuras más importantes del panorama africano, Manecas Costa, estrenó Eterno navegar, de su último disco.

El espectáculo se desbordó con la aparición de Mercedes Peón. Su voz telúrica y fuerte en Nana-reggae consiguió que a alguno se le saltasen las lágrimas, en una versión que contó con un coro de lujo: Uxía y Ceumar. Tras la primera canción, esta defensora y recolectora del patrimonio oral, presentó al gaiteiro Xosé Manuel Budiño, que desembarcó en Pontevedra con su último disco, Home.

Y de vuelta a los ritmos sureños, la caboverdiana Nancy Vieira, que asoma como una de las voces más prometedoras de su país, arrancó con un género típico de su tierra en É morna, al que siguió Esperanza do mar azul y Perto di bo, con Manecas Costa, quien recordó a Astra Harris, la artista de Mozambique fallecida a principios de año. Tras este emotivo momento, el batuco de Vieira volvió a movilizar a la grada al ritmo de las caderas de nueve caboverdianas residentes desde hace años en Galicia.

A punto de echar el cierre, todos los artistas salieron juntos al escenario capitaneados por Mercedes Peón con el que ya es saludo universal, Paralá, mientras entre el público se escuchaba un sentido "¡Ahí, ahí!, ¡Sí señor!". Tras una pieza de Manecas Costa y con Peixinho do mar, pusieron un punto final rechazado por el público, que logró hacerles salir una vez más. El colofón a cuatro jornadas de encuentros musicales, charlas y documentales.