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Crónica:16ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Con la vista en el Camp Nou

Al Madrid, que saldrá líder de Barcelona, le basta su contundencia para derrotar a Osasuna sin brillantez alguna

José Sámano

En Chamartín anida una eterna leyenda que este Madrid lleva camino de amplificar. Los equipos visitantes aceptan el reto que supone medirse a un adversario tan ilustre y, de entrada, se lanzan a la pasarela con desparpajo. Hasta que el Madrid levanta el mazo y el rival se tira al diván, bloqueado ante un castigo que siente inmerecido. Ayer lo hizo Osasuna, que se manejó con total soltura en el primer cuarto de hora, con la pelota imantada al pie y siempre con Casillas a la vista. El Madrid emitía señales tan inquietantes que hasta Sergio Ramos, su firme guardián, pasaba un calvario ante el joven mexicano Vela. Dady daba la lata a Pepe y Cannavaro y los tres medios blancos eran incapaces de achicar ante los cinco centrocampistas rojillos. Con el grupo de Ziganda al mando, Sneijder se dispuso a lanzar una falta lateral, a varias cuadras de Ricardo, el meta de Osasuna. Al primer amago del holandés, la defensa visitante dio un paso adelante para dejar fuera de juego a los delanteros madridistas. Al segundo intento, el de verdad, Sneijder enroscó el balón en el punto de penalti mientras medio pelotón osasunista dudaba si avanzar o recular. En pleno debate, Van Nistelrooy cabeceó a la red sin una camiseta adversaria en su periferia. Un despiste descomunal que sepultó a Osasuna y, de paso, afeó el partido, convertido en un tostón.

REAL MADRID 2 - OSASUNA 0

Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Cannavaro, Marcelo (Heinze, m. 78); Sneijder, Diarra (Gago, m. 74), Baptista (Guti, m. 60); Robinho, Raúl y Van Nistelrooy. No utilizados: Dudek, Drenthe, Saviola e Higuaín.

Osasuna: Ricardo; Azpilicueta, M. Flaño, Josetxo, Monreal; Erice; Plasil (Delporte, m. 72), Font (Portillo, m. 80), Margairaz (Hugo Viana, m. 60), Vela; y Dady. No utilizados: Elía, Soda, Echaide, Corrales y J. Flaño.

Goles: 1-0. M. 15. Van Nistelrooy remata de cabeza un centro de falta de Sneijder. 2-0. M. 75. Sneijder, de disparo desde la frontal del área.

Árbitro: Teixiera Vitienes. Amonestó a Van Nistelrooy y Marcelo.

Santiago Bernabéu: 60.000 espectadores.

Los trazos de Sneijder son efectivos pero intermitentes. No pesa sobre el juego
El equipo de Schuster juega a tirones, sin tránsito por el centro del campo
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Schuster, guiado por los últimos resultados, no alteró la alineación de las jornadas precedentes, lo que supone prescindir de Guti en favor de Baptista. En realidad, el papel del segundo capitán le correspondería a Sneijder, un futbolista con buena vista y un toque delicado y preciso. Pero el holandés no cuaja del todo. Aparece, pero no está la mayor parte del tiempo. Por alguna misteriosa razón, los partidos se suceden y de él sólo quedan algunos trazos tan efectivos como intermitentes. El equipo no le busca y Sneijder no encuentra al equipo. Aún está de mudanza desde el Ajax, en el que era el gran coronel. En el Madrid, por ahora, no tiene el mismo peso, por mucho que ayer asistiera a su compatriota en el primer gol y ejecutara el segundo. En su posición, y máxime en un equipo con sólo un trío en el eje, se precisa mayor gobierno. Hasta la fecha, Sneijder, al menos en España, sólo se ha distinguido por ser un pegador, por lo que su papel se aproxima más al de Baptista, no al de Guti. Pero ya se sabe que con cualquiera que no sea Guti siempre hay más paciencia.

Sin alguien capaz de tejer el juego y marcar los ritmos necesarios, el Madrid se despliega a tirones, de forma directa, sin tránsito por el eje. De este modo, el equipo se agrieta, la distancia entre defensas y delanteros se multiplica y los contrarios no se sienten dominados. Lo comprobó Osasuna, que, tras el mal trago del primer gol, se vio liberado para retar al Madrid. Le faltó remate, algo de dinamita. Pese a su aparente control del duelo, Casillas, salvo por el frío que le hizo abrigarse a lo Busquets, pasó una noche sin grandes sobresaltos. A ello contribuyeron tanto la timidez de sus puntas como la firmeza de Pepe y Cannavaro, afianzados como pareja de centrales del Madrid.

El segundo tanto local, un barrenazo de Sneijder desde fuera del área, anticipó mucho antes el final del trámite. El Madrid, con la vista en el horizonte del clásico del próximo domingo, se dejó ir. Al menos, sobre el césped. Porque, de forma sorprendente, Schuster no hizo concesiones. Raúl, lastimado desde los primeros momentos y con evidentes gestos de dolor toda la noche, no tuvo relevo. Lo contrario que Diarra y Baptista, despedidos antes de tiempo por su técnico. No así Sneijder, el único madridista amenazado con quedarse sin visitar el Camp Nou en caso de haber visto una tarjeta. La fe de Schuster en algunos de sus chicos parece ilimitada. Y en su equipo, también porque desde ayer sabe que, pase lo que pase ante el Barça, el Madrid volverá a casa como líder. Consecuencia directa de la mecha que este equipo es capaz de prender en Chamartín, donde entre la Liga y la Champions ya suma once victorias consecutivas. Su contundencia no admite discusión. Su juego, sí.

Baptista se abre paso con fuerza entre la defensa osasunista.
Baptista se abre paso con fuerza entre la defensa osasunista.ULY MARTÍN
Los de Schuster vencen sin dificultades con los tantos de Van Nilstelrooy y Sneijder.Vídeo: CNN+

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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