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Reportaje:

"Presidente Pujol, ¿desea que venga TV-3?"

Los gobiernos de CiU pretendieron una relación patrimonial con los medios públicos

Los sucesivos gobiernos catalanes han tenido siempre un cierto sentido patrimonial sobre los medios de comunicación públicos. Los comités profesionales de TV-3 y Catalunya Ràdio han denunciado numerosos intentos de injerencia desde el poder. La "costra nacionalista" que el diputado socialista Joan Ferran emplazó recientemente a "arrancar" de los medios públicos es el último episodio de esos recelos históricos. Ferran lo dijo en voz alta.

Durante los 23 años de pujolismo -en los que se produjo el alumbramiento de los medios públicos catalanes- se vivieron episodios de ese clásico desencuentro. Todos ellos en la discreción de la voz baja. La cúpula de CiU no podía entender que en los medios públicos contaran entre sus profesionales con peligrosos izquierdistas, que seguían -según el criterio convergente- los dictados de la oposición.

- Control ideológico. Los gobiernos de Pujol elaboraron, durante 1993 y 1994, informes sobre la orientación política de periodistas de TV-3 y Catalunya Ràdio, según desveló EL PAÍS en febrero del pasado año. A la periodista Àngels Barceló se la tachaba de "quintacolumnista, colaboracionista y botifler que va propagando su veneno". Del periodista Salvador Alsius se afirmaba que tenía "tendencias antinacionalistas, anticonvergentes y antipujolistas". El documento incluía un análisis ideológico de los programas y proponía utilizar la programación infantil para propagar el ideario nacionalista y que en los debates sólo se invitara a personas afines. Pujol negó haber recibido "nunca" un informe de este tipo.

- Utilización de TV-3. En su libro sobre los viajes de Jordi Pujol, Ramon Pedrós, que fue durante 10 años su jefe de prensa, explica cómo el ex presidente "supo utilizar a su antojo esta plataforma en beneficio de su propia imagen y de su partido".

Prosigue Pedrós: "En la preparación de los viajes, TV-3 ocupaba un rango especial. Incluso se montaron algunas misiones solamente con el propósito de que Pujol apareciera en los informativos del día siguiente en su frenesí expedicionario".

En otros actos o viajes, de carácter más privado, la primera pregunta que Carme Alcoriza, jefa de gabinete, le formulaba a Jordi Pujol era: "Presidente, ¿desea que venga TV-3?". Si la respuesta era negativa o quizá quedaba en el aire y el presidente veía aparecer las cámaras de la televisión autonómica, podría incluso desairar a los periodistas.

-"¿Qué hacéis aquí? ¿Quién os ha mandado venir? Ya podéis marcharos; en esta reunión no se debate el destino del mundo ni tenéis nada que hacer", les afeó en una ocasión.

- Órdenes presidenciales. De sobras es conocida la frase acuñada por Pujol, "Avui no toca", con la que rehuía alguna pregunta incómoda. Incluso la utilizó en alguna ocasión en las habituales conferencias de prensa tras las reuniones del Consell Executiu, hasta que un periodista de Televisión Española le reprobó el gesto. El ex presidente abandonó airado la sala, a la que regresó tras unos minutos por recomendación de uno de sus asesores. Pujol no volvió a repetir la consabida coletilla en ese tipo de comparencias oficiales, al menos con tanta asiduidad. En la mayoría de estas conferencias, el ex presidente ordenaba a su jefe de prensa que algunos periodistas le formularan ciertas preguntas, lo que en el mundillo era conocido como "discos solicitados".

En otras ocasiones, si no le satisfacía alguna de sus intervenciones, obligaba a los cámaras de televisión y periodistas de radio a rebobinar y empezar de nuevo. "Todo esto no vale, ¿eh?".

Otras veces, las órdenes afectaban a cómo tratar las informaciones. En un almuerzo con periodistas en la Navidad de 1999, Pujol dijo: "Ustedes no interpreten, limítense a explicar noticias y no nos quieran dar todo cocinado, no hace falta que valoren nada, porque esto ya lo sabemos hacer quienes leemos los periódicos". Y en otras, Pujol enviaba directamente a los directores de periódicos las entrevistas escritas de su puño y letra con pregunta y respuesta incluidas. Algunos medios las llegaron a publicar.

- "¿Quién es el nuestro?". Durante un viaje a Tokio, Pujol se entrevistó con el primer ministro japonés. Al llegar a la recepción había media docena de cámaras. "El presidente miró hacia el grupo de periodistas y preguntó: '¿Quién es el nuestro?'. Se hizo un gran silencio. El operador de TV-3 comprendió que se dirigía a él y levantó el dedo para identificarse. Ah, eres tú", dijo Pujol, "escucha, hazme salir bien, eh, porque esta entrevista es muy importante".

- Pujol, único protagonista. En 2000, Jordi Pujol realizó su tercer viaje oficial a Hungría, esta vez acompañado del democristiano Josep Antoni Duran Lleida como consejero de Gobernación. El segundo día, los medios de comunicación perseguían a Duran para que se pronunciara sobre el denominado caso Pallerols, de presunta financiación irregular de Unió Democràtica. Algunos periódicos habían publicado que una cuñada del dirigente, Cristina Colls, cobraba de una fundación que había recibido sumas millonarias del Departamento de Trabajo, cuando en realidad trabajaba en la sede del partido democristiano. TV-3 consiguió la reacción de Duran, por lo que no pudo asistir a una ceremonia en la que Pujol colocaba una placa en homenaje a los catalanes que lucharon junto a los Habsburgo para expulsar a los turcos de Buda.El presidente de la Generalitat, manifiestamente enojado, hizo llamar al enviado especial de TV-3, Joan Carles Peris, y le soltó una reprimenda que acabó con una clara advertencia: "¡Y que sea la última vez que TV-3 deja de cubrir un acto mío por un tema de Duran!".

- Francino se rebela. El periodista y ex editor del Telenotícies vespre de TV-3 Carles Francino siempre ha tenido una relación complicada con Pujol y Convergència Democràtica. En público y en privado, la esposa de Pujol, Marta Ferrusola, nunca ha dejado de criticarlo. Francino explotó en 1998. Fue el día en que el director de TV-3, Lluís Oliva, prohibió emitir un video en el que el director teatral Josep Maria Flotats lanzaba una dura crítica al consejero de Cultura Joan Maria Pujals. Francino se negó a presentar aquel día la edición del Telenotícies.

- Plan de Residuos. En 1990, los vecinos del Alt Camp y la Conca de Barberà estaban tan indignados con el Gobierno catalán como con los periodistas de TV-3. La cadena omitió sistemáticamente en sus informativos las multitudinarias protestas contra el Plan de Residuos, que pretendía instalar una incineradora y un vertedero en estas comarcas. TV-3 acudía a filmar las protestas, pero en los Telenotícies no aparecía ni un segundo de información. Así que cuando los manifestantes veían aparecer un coche de la televisión catalana la emprendían contra el vehículo y sus ocupantes, zarandeándoles a ambos. Una vez llegaron a esconder las llaves del coche. La televisión autonómica tuvo, finalmente, que contratar a una productora privada para elaborar las noticias relativas a estos asuntos, que tampoco se emitieron.

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