¿La mejor de Europa?
La World Leadership Forum, institución londinense, ha elegido esta semana a Madrid como mejor ciudad europea del año. Por si fuera poco, también le ha caído a la capital el Premio Liderazgo Mundial de Regeneración Urbana, concedido por la misma institución.
Estupendo. Las relaciones públicas han funcionado de maravilla, sin duda. Pero enseguida se presenta una melancólica reflexión: si Madrid es la mejor y, además, líder mundial de regeneración mundial, ¿cómo estarán las otras capitales de Europa y del universo? Hay algo aquí que no cuadra demasiado. ¿Qué ciudades se presentaban? ¿Qué criterios han primado en la selección? O esta obviedad secreta: ¿cuánto ha pagado Madrid por conseguir galardones tan pomposos y desproporcionados?
Parece sarcasmo proclamar que la mejor ciudad del año es, precisamente, la de mayor contaminación atmosférica de la Unión Europea, con niveles bastante superiores a los permitidos. Asimismo, Madrid soporta, con ataques de cólera intermitentes, el tráfico rodado más exasperante del continente, sólo comparable al de Roma, que también es fino. Por otra parte, la delincuencia callejera nos machaca cada día a todas horas y la gente va siempre por la calle con la mosca detrás de la oreja. Eso por no hablar del Guateque y otros asuntos que ensombrecen el prestigio de la Villa a corto, medio y largo plazo. ¿En eso consiste ser la mejor ciudad europea del año?
Lamentables son las inmensas colas ante juzgados y otros establecimientos públicos. Imagen de ciudad tercermundista. Precisamente estos días andan de huelga los funcionarios de Justicia de la Comunidad de Madrid. Braman contra el consejero Alfredo Prada, autor auténtico de las colas.
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