El Celta se lanza a por 50 millones de euros para salvar al club
Los socios temen que el recargo de los títulos dificulte la ampliación de capital
En las próximas semanas, el Celta se lanzará a por 50 millones de euros de nuevos accionistas, como única fórmula para evitar la causa de disolución del club. El consejo de administración de la sociedad anónima deportiva sacó adelante su propuesta de ampliación de capital en la junta de accionistas del miércoles. El presidente, Carlos Mouriño, y sus compañeros de directiva impusieron su holgada mayoría accionarial para emprender una operación acogida con escepticismo por los pequeños accionistas, que pusieron en duda que se suscriban los 210.000 nuevos títulos que emitirá la sociedad.
Mouriño es dueño del 40% del Celta. Su mano derecha en la directiva, Ricardo Martínez Barros, posee otro 5%. En la junta del club estaba representado el 55,25% del capital, por lo que el consejo no tuvo problemas para ir sacando adelante una tras otra todas sus propuestas. Una de ellas reconoce una deuda de 65,4 millones de euros, arrastrada, según Mouriño, de ejercicios anteriores a su desembarco en el Celta, en mayo de 2006. Otra propone la ampliación de capital para eludir la quiebra del club. De acuerdo con las cuentas aprobadas ayer, los fondos propios del Celta reflejan un déficit de 35 millones de euros. El capital social es de 9 millones. La Ley de Sociedades Anónimas establece que los fondos propios deben suponer la mitad del capital social o dos tercios del mismo durante un ejercicio.
Cada nueva acción nominal de 60 euros lleva un recargo de 180 euros más
La ampliación salió adelante con el respaldo del 94,42% del capital, la oposición del 0,34% y la abstención del 5,24%. Otra cosa es que la operación convenciera a los pequeños accionistas. Más que rechazo, la ampliación generó dudas. A las dificultades habituales que entraña una operación de este tipo se añaden dos inconvenientes: una situación económica que no anima a los inversores y la aplicación de la denominada prima de emisión, un recargo por el que cada acción se penaliza con el triple de su valor nominal. El Celta emite 210.000 acciones a un precio de 60 euros cada una, pero quien quiera comprar un título deberá pagar un sobreprecio de otros 180 euros.
El Celta busca por lo tanto 50 millones, de los que 12,5 formarían parte del capital social y los restantes 37,5 millones engrosarían los fondos propios. La ampliación se realizará en dos fases. La primera está reservada a quienes ya son accionistas, que podrán incrementar su participación con el único límite de no superar su actual porcentaje en el capital social. La segunda, libre, cuenta con un condicionante: el consejo de administración se reserva el derecho a rechazar ofertas. El club se comprometió verbalmente con los accionistas a no ejercer ese derecho.
Tras el cruce de acusaciones entre Mouriño y el ex gerente del club Sabino López, al que el presidente acusó de llevarse 100.000 euros de la caja del club, la junta discurrió de forma pacífica hasta el tramo final, cerca ya de la una de la madrugada. A esa hora, el ex presidente Horacio Gómez pidió la palabra para defender su gestión y conceder un voto de confianza al equipo de Mouriño. Carlos Mouriño rechazó la mano que le tendió Gómez. "Es como cuando te ofrecen una manzana apetitosa y brillante y resulta estar llena de gusanos", le espetó.
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