Un repartidor muere de un infarto tras sufrir el robo de su furgoneta

Basile, un camionero rumano de unos 60 años, murió ayer por la tarde tras sufrir un infarto mientras intentaba recuperar la furgoneta que acababan de robarle. La víctima estaba repartiendo bebidas en Vicálvaro cuando un hombre le arrebató el vehículo. Tras recorrer unos 200 metros, Basile cayó desfallecido. Falleció a las pocas horas.

El conductor se encontraba alrededor de las doce del mediodía en la confluencia de las calles del Jardín de la Duquesa y de Forges. Hacía su ruta semanal de reparto de gaseosas, refrescos y leche en un bar y en una panadería. Basile, que había dejado las llaves puestas en la furgoneta, estaba firmando la factura en la tienda de alimentación. "Estaba escribiendo en la factura que se debía una caja de vino tinto, cuando se ha dado cuenta de que arrancaban su furgoneta", comentó la dependienta de la panadería, Marisol Gutiérrez. Basile trabajaba para la empresa J. J. Distribuciones desde hace unos tres meses. "Es una persona un poco gruesa, muy amable, muy educada", explicó Paco, el camarero de un bar de Vicálvaro.

El camionero salió corriendo tras el vehículo, cuyo conductor huyó por la calle de San Ciriaco. Este último hizo un giro tan rápido que tiró la mitad de la carga por la calle. Las botellas de gaseosa quedaron destrozadas e inundaron toda la calzada de cristales. Mientras, Basile seguía corriendo tras el camión. En la calle de Ambroz se desplomó tras sufrir el infarto.

Media hora

Algunos testigos llamaron a los servicios de emergencias. Los facultativos del Samur-Protección Civil montaron un hospital de campaña en la calle y estuvieron reanimándole durante más de 25 minutos. Después le trasladaron al hospital Clínico, donde ingresó con pronóstico crítico, según una portavoz de Emergencias Madrid.

Los agentes de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de San Blas-Vicálvaro recuperaron una hora después la furgoneta en el poblado chabolista de La Jungla, en la carretera que une Vicálvaro y Mejorada del Campo. La policía intentaba localizar ayer al ladrón a través de las huellas digitales que dejó en el volante.