El obispo de Córdoba obliga a los cofrades a readmitir a dos costaleras
El vicario reprocha la incoherencia y falta de respeto de la hermandad
Lucha abierta entre el obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, y el mundo cofrade de la ciudad. La discriminación de dos veinteañeras costaleras está en el origen del enfrentamiento. Elisa Márquez y María Jesús Castón llevaban varios años portando a la Virgen de los Dolores junto a una treintena de compañeros varones. Casi nadie lo sabía en Córdoba. Hasta que una nueva directiva de la hermandad emprendió una campaña en 2006 para expulsarlas de las trabajaderas con argumentos tan curiosos como que debajo del paso se pueden dar posturas "soeces".
Iceta: "Ninguna hermandad puede ir contra la igualdad de los cristianos"
La hermandad dice ahora que las costaleras saldrán hasta que quieran
El obispo desautorizó en marzo a la directiva y obligó a la cofradía a readmitirlas. Y ha tenido que volver a hacerlo ahora ante la insistencia de la hermandad.
Mario Iceta, vicario general de la diócesis, sólo levantó la voz en una ocasión durante la conferencia de prensa que ofreció ayer para abordar el asunto. Y lo hizo para acusar a la directiva de la cofradía de haber mantenido una postura "incoherente" e "improcedente" y de haber caído en una "falta de respeto" hacía el Obispado, que es el que tiene la última palabra en este caso.
Pese a que ya en marzo el obispo desautorizó a los directivos de la hermandad, éstos decidieron volver a llevar el asunto a una asamblea general celebrada el pasado domingo. Y allí los hermanos que acudieron votaron en contra de las cuadrillas mixtas, por lo que Castón y Márquez se quedaban fuera.
Iceta sostuvo ayer que los directivos de la hermandad sabían desde hacía semanas que el obispo no iba a permitir que se expulsara a las chicas. De ahí que el vicario tildara la votación de "falta de respeto hacía la autoridad".
Manuel Herreros, hermano mayor de los Dolores, admitió ayer que conocía la opinión del Obispado. Herreros, pese a ser contrario a que las chicas estén bajo el paso junto a los varones, admitió que no le queda otra que acatar lo que ha ordenado el obispo.Tras el espaldarazo del Obispado, las chicas pretenden volver a llevar el paso esta Semana Santa, según indicaron ayer fuentes cercanas a las jóvenes. Además, agradecen el "apoyo" que han recibido de Asenjo. Las dos reconocen que han pasado momentos difíciles este último año. Algunos de sus compañeros y cofrades las llegaron incluso a acusar de estar perjudicando a la hermandad. Sin embargo, ellas se han mantenido firmes en su decisión de seguir participando activamente en las procesiones.
En la pasada Semana Santa, cuando ya habían recibido el primer apoyo del Obispado, no llegaron a sacar a la virgen. Pero fue la lluvia la que se lo impidió a ellas y al resto de sus compañeros varones.
Herreros, el hermano mayor que le ha puesto cara y voz al veto, reconoció ayer que hasta que ellas quieran podrán seguir saliendo de costaleras, ya que así lo ha decidido el obispo, del que dependen las hermandades. La votación del pasado domingo, en la que se reiteró el rechazo a las cuadrillas mixtas, no fue más que una forma sonada de mostrar las discrepancias con Asenjo.
Por su parte, Mario Iceta indicó que ninguna hermandad puede ir en contra "de la igualdad de los cristianos", se entiende que entre hombre y mujeres. Pero éste no fue el principal argumento al que se agarró para defender la readmisión de las costaleras. El vicario general presentó unas nuevas "normas complementarias" para las cofradías que no dejan lugar a la duda: "En cuanto a la participación de mujeres en las cuadrillas de portadores de los pasos procesionales, habrá necesariamente de respetarse los derechos adquiridos por éstas en decisiones tomadas por anteriores órganos de gobierno", dice el texto en su artículo número 16. Es decir, las dos mujeres no pueden ser vetadas porque llevaban varios años como costaleras y no hay una razón para que dejen de serlo.
Según señaló Iceta, éste será el criterio que se siga en casos similares de expulsión que se puedan presentar en el futuro. Sin embargo, el Obispado ha decidido dejar en manos de cada cofradía la creación o no de nuevas cuadrillas mixtas. Cada hermandad será la que decida si puede entrar o no una mujer en un paso de varones. Una de arena y otra de cal ofrece la Iglesia para contentar también los más conservadores del colectivo cofrade.
El descontento en ese sector se ha visto acrecentado al considerar que la Iglesia les "ha dejado a los pies de los caballos" en este asunto. Cuando en marzo saltó la polémica, Pedro Soldado, delegado diocesano de hermandades y cofradías, apoyó en un principio la expulsión de las dos mujeres y asumió los argumentos de la directiva de los Dolores. Pero intervino el obispo y la postura oficial cambió radicalmente: No había motivo para vetar a las chicas.
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