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Análisis:A la parrilla
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Regresa Aída

Tomàs Delclós

Regresó Aída, media hora más tarde de lo que decían las parrillas, no sé si por causas ajenas a la voluntad de la cadena o, precisamente, por maniobras de la misma para atar al espectador con algo que espera sin ofrecerle lo que espera y así, de paso, no emigra a la competencia. Bueno, la cuestión es que volvió. Se trata de una de las series con más éxito de audiencia.

No es un producto del montón en la cabaña española de teleseries. No es una comedia cañí porque en ésas no entra que alguien atropelle a otro para probar si era verdad que podía moverse. Tampoco es costumbrismo porque nadie en este género se pasa días intentando matar al dueño del bar sin otro resultado que dejar coja y frita a la pobre víctima de sus intentos, el empleado inmigrante. Tampoco es surrealismo, o lo que se entiende en las vulgatas al uso sobre este término, porque detrás de tanto esperpento hay el retrato extremo pero verosímil de unas almas desastrosas. Tampoco es una serie de altos vuelos filosóficos porque no hay ningún personaje capaz de hablar como un libro, y cuando Aída se pone serie e intenta definir su vida sólo le sale que es "como mis tetas, cada vez más para abajo".

Pero da igual que no encaje en las taxonomías de géneros. Precisamente en sus viajes frenéticos por distintos registros está lo mejor y peor. Aída puede rondar la chabacanería más facilona, el chiste más tópico y, al mismo tiempo, proponer escenas impredecibles, demoledoras.

El día de su regreso hubo de todo, más de lo segundo que de lo primero. Ahí está Aída, borracha, vomitando en la sala de juntas en lugar de barrerla, e intentando sin éxito resbalar por la mesa del consejo como hacían en un anuncio de limpiatodo.

Y todo ello sustentado con un buen reparto, en casi todos los personajes, y el excelente trabajo de Carmen Machi.

Aída.

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