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Reportaje:

Música para hacer empresa

El negocio de las melodías corporativas prospera ante el ansia de las compañías por diferenciarse en el mercado

Logotipo, memoria, eslogan, cartelería, convenciones y ahora música corporativa. Las empresas tienen que diferenciarse para sobrevivir y ahora la última apuesta es la música corporativa para identificarse como microcosmos productivo. "Las empresas me piden emoción y eso es lo que yo les vendo como un activo más que se ha tornado rentable", dice Manuel Pacho, un ingeniero de telecomunicaciones y compositor que, desde Wiwi Music, ha logrado reunir una cartera de una treintena de empresas como clientes de sus melodías corporativas.

Empresas y organismos tan diversos como Ferrovial, Metrovacesa, Lancia, Iberdrola, Pelayo, Kiss FM, Hipercor, Expo Zaragoza, Hunosa, Caja Ávila o el Partido Popular, entre otros, han comprado las composiciones de este ovetense de 55 años que procede del campo de la publicidad y, anteriormente, del mundo de la informática. Ahora trabaja en un proyecto para la patronal CEOE, que también quiere apuntarse a transmitir modernidad a través de la música. Suyos son los conocidos jingles publicitarios de "papillas Puleva, me va, me va, me va", o el de "Vacaciones Santillana".

Manuel Pacho ha compuesto para Iberdrola, Deloitte o El Corte Inglés
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Pacho afirma que no hay ningún manual de música corporativa al uso y que las melodías las crea a base de horas en el estudio tras varias entrevistas con los responsables de las empresas que le exponen lo que quieren trasmitir al mercado.

Comenzó a trabajar en Hewlett Packard (HP), vivero de grandes directivos que hoy están en Vodafone, Vocento o Microsoft. Dejó HP para hacerse un hueco en el mundo de la música comercial. En 1987, prueba y hace fortuna en México, de donde tiene que volver en 1995 por la crisis del tequilazo. El Corte Inglés le encarga 60 composiciones musicales para su propuesta navideña, Cortylandia. Vuelve a Miami y logra el éxito aunque retorna a España en 2000 por la crisis mundial que desencadena en el mundo discográfico la piratería, Internet y el MP3. Un nuevo escenario que ha obligado a fusionarse a rivales acérrimos, como los gigantes BMG y Sony.

"Trabajo sin coste ni compromiso con el cliente al que le ofrezco el producto", dice. Siempre pregunta mucho a la compañía antes de ponerse a componer. Le pide cuál es su idea, su sentimiento, como si fuera su ADN corporativo, para incorporar emoción a la melodía. Aunque no le gusta hablar de tarifas dice que entre 10.000 y 30.000 euros se puede contar con una melodía corporativa hecha a golpe de pedal y de creación en el estudio. Una música que luego tiene múltiples usos: en los móviles, las esperas de llamada en el teléfono, convenciones, presentaciones, ferias, vídeos, etcétera.

La última gran creación de Pacho para el mundo empresarial es la música de Deloitte, la multinacional de auditoría, que ya lo ha incorporado en sus actos en todo el mundo como un activo de la compañía.

Manuel Pacho, en su estudio.
Manuel Pacho, en su estudio.CLAUDIO ÁLVAREZ

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