España se une al acuerdo sobre Galileo tras arrancar concesiones a la UE

España puso ayer punto final al culebrón institucional desatado por la aprobación del plan industrial de Galileo, al sumarse al acuerdo alcanzado la noche anterior por los otros 26 miembros de la Unión Europea. España amenazó hasta el final con vetar el texto del proyecto Galileo si no veía satisfecha su exigencia de albergar uno de los centros de control de los satélites, en principio adjudicados a Alemania e Italia. Pero el órdago se volvió en su contra la noche del miércoles, cuando los ministros de Transportes de la UE optaron por aprobar el texto a pesar de la oposición española.

Ayer, los socios europeos recapacitaron y, ante el temor del precedente que podría sentar la aprobación de un acuerdo sin respaldo unánime, volvieron a sentarse a la mesa de negociación. Una mínima modificación en el texto final terminó por convencer a la delegación española, que acabó respaldando el acuerdo. El cambio ofrece a España garantías de que si logra crear un centro de control, Bruselas lo reconocerá como uno de los centros Galileo y lo conectará en red con los otros.

Alemania e Italia se resistían a que España participara en el reparto del pastel de los centros de control y seguimiento de las señales y posicionamiento de los 30 satélites que formarán Galileo, el sistema de localización con el que Europa quiere independizarse del GPS estadounidense, y que cuenta con un presupuesto de 3.400 millones de euros.

El Gobierno español, sin embargo, considera crucial la posibilidad de convertir el llamado centro de seguridad de pasajeros -que sí le había tocado en el reparto y que se construirá en Madrid- en un centro de control, de tecnología más avanzada y más jugoso desde el punto de vista de los contratos a los que tendrán acceso las empresas españolas. España costeará la conversión de un centro en otro, a diferencia del resto del proyecto Galileo, financiado con fondos de la Unión Europea, tras la desbandada del sector privado.

La idea del Ejecutivo español es colocarse bien en la parrilla de salida de 2013, año en el que se adjudicarán los contratos de explotación del sistema. "Cuando salgan los contratos, se requerirá experiencia en el control y la gestión de las constelaciones de satélites y esa experiencia se adquiere con los centros de control", explicó el secretario de Estado de Transportes, Fernando Palao. La delegación española considera además que las empresas españolas tienen muchas más posibilidades de ganar concursos para la explotación de Galileo si el centro de control radica esas actividades en suelo español, ya que no tendrían que costear el traslado.