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Los magrebíes consideran que su integración pasa por tener 'papeles'

Sufren actitudes racistas, pero esperan que la conviviencia reduzca prejuicios

La comunidad magrebí es, según las encuestas, el colectivo de inmigrantes por el que los vascos sienten mayor antipatía. Los estereotipos sobre la cultura islámica y los atentados de Madrid y Nueva York alimentan los prejuicios. Conocemos qué piensan los autóctonos sobre los africanos del Norte, pero ¿cuál es la percepción de estos inmigrantes sobre su propia integración? Por primera vez, un estudio elaborado por Luis Fuentes y Trinidad Vicente refleja a través de 40 entrevistas a magrebíes -transcribiendo fragmentos literales de los testimonios- sus reflexiones y reivindicaciones. El trabajo está becado y publicado por el Ararteko y su titular, Iñigo Lamarka, lo presentó ayer en Bilbao.

Un estudio recoge la percepción de estos inmigrantes sobre su situación

El magrebí es, con 11.493 personas empadronadas, el segundo colectivo de inmigrantes más numeroso en Euskadi, después del latinoamericano. Su perfil tipo es un hombre (el 72%) marroquí, de unos treinta años, sin título académico, que emigra por motivos económicos y se coloca en empleos no cualificados.

Las personas entrevistadas destacan que quieren integrarse en la sociedad vasca y, aunque se sienten discriminadas, subrayan que los prejuicios se disipan con la convivencia diaria. "Tengo buenas relaciones aquí, la gente me conoce ya... Pero tengo miedo de gente que no me conoce", expresa un argelino afincado en Guipúzcoa. "Más que sentir racismo como maldad, he sentido una discriminación por desconocimiento", reflexiona otro de los entrevistados. Además de reclamar más espacios de convivencia, los encuestados subrayan que no pueden integrarse si viven en situación irregular, en la que se encuentran cuatro de cada diez residentes magrebíes. "Para estar integrado falta que tengas el derecho de trabajar y de residencia. Sin eso siempre te sentirás inferior", defiende un participante en el estudio. "La primera barrera para la integración es la Ley de Extranjería", resume otro.

Además, ante la opinión de la ciudadanía autóctona de que los magrebíes no quieren integrarse, éstos defienden que el proceso debe ser bidireccional: "Piden mucho, pero yo creo que ellos se tenían que integrar a nosotros, porque la integración es una cosa que uno completa al otro". "Una fusión" es como lo entiende otro encuestado, y un tercero considera que supone "estar dando a la sociedad algo y recibir de la sociedad algo".

Les gusta relacionarse con sus paisanos -"lo pasamos bien y recordamos todo de allí"-, pero aprovechan el ámbito laboral y formativo para entablar también amistades con los autóctonos. Algunos aprecian dificultades para ello: "Si vienes con otra religión, de otro mundo, no encuentras amigos fácil".

Además, todos reclaman respeto a su identidad cultural, y critican la visión asimilacionista de la integración que tienen los vascos, obligando a asumir las costumbres autóctonas en vez de apostar por una sociedad intercultural. "Cada persona tiene ciertos derechos a desarrollar, siempre y cuando no le afecte al otro. Llevar una chilaba en la calle no le afecta".

El ararteko, Iñigo Lamarka, llamó en la presentación del trabajo a "respetar sus derechos y sus identidades para que enriquezcan a la sociedad vasca".

Tres de los entrevistados, con sus hijos y los autores de la investigación: Trinidad Vicente (tercera por la izquierda) y Juan Luis Fuentes.
Tres de los entrevistados, con sus hijos y los autores de la investigación: Trinidad Vicente (tercera por la izquierda) y Juan Luis Fuentes.SANTOS CIRILO

ISLAM Y CULTURA "Por miedo, casi todos rezan a escondidas"

El Islam es fundamental para la mayoría. "Organiza la vida de la persona. A mí me da fuerza", explica una mujer. Les molesta que no se respeten sus rezos y el Ramadán, y no contar con cementerios propios. "Y todavía, si lo planteas, todo el mundo se va a echar encima", afirma un encuestado. "Casi todos rezan a escondidas porque tiene miedo a que le miren mal", sostiene otro. Apuntan que muchos van a la mezquita para socializarse. En cuanto a la carne, el alcohol, el velo o la vestimenta, hay quienes conservan las tradiciones escrupulosamente y quienes reconocen que las han ido dejando.

TERRORISMO "El islamismo radical nos mancha"

Todos sienten que el 11-S y 11-M han alimentado la islamofobia. "Lo que está ocurriendo con el islamismo radical en el mundo nos mancha", comenta un hombre que, ante esa estigmatización, afirma intentar "pasar desapercibido". Otra encuestada critica el término terrorismo islámico. "El terrorismo no tiene religión. ¿Por qué no decimos que el de ETA es un terrorismo cristiano?". Varios defienden que "tener el problema del terrorismo de ETA" hace que los vascos entiendan mejor que el resto de españoles que "no todo musulmán es terrorista, igual que no todo vasco es terrorista".

EDUCACIÓN Y LENGUA "No tienen que olvidarse de su cultura"

La población magrebí presenta un nivel de estudios menor que otros colectivos, como el latino. El 50% carecen de título académico y el 15% son analfabetos, cifra que sube al 23% en el caso de las mujeres. A esa dificultad hay que sumar que la mayoría no hablaba castellano al emigrar, lo que advierten como un gran obstáculo para socializarse. No aprenden euskera, pero aprecian que sus hijos lo estudien. Además, se preocupan por no perder su lengua y transmitirla a su familia: "En casa nosotros nunca dejamos de hablar el árabe. No tienen que olvidarse de su cultura, de su lengua."

ACCESO AL TRABAJO "Trabajamos ilegal, sin seguro ni nada"

La mayoría ocupa empleos no cualificados: los hombres, en la construcción y la agricultura, y las mujeres en el servicio doméstico y el cuidado de niños y ancianos. Sus primeros trabajos son precarios y con sueldos abusivos: "Trabajas sin papeles, sin derechos, sin seguro, y cobras menos que la gente que está trabajando con papeles". Pero a medida que se regularizan, mejoran su castellano y obtienen algún título formativo, notan que acceden a condiciones más satisfactorias. Una de sus quejas es que se sienten considerados por los vascos "como fuerza de trabajo", recoge el estudio.

VIVIENDA Y GUETOS "La mayoría no quieren alquilar a extranjeros"

La vivienda es uno de los ámbitos en los que perciben mayores dificultades. Pocos tienen vivienda en propiedad y aprecian que la mayoría de arrendadores "no quieren alquilar a extranjeros". "Si le dices que eres marroquí, dice que no, que está todo alquilado. Tal vez dice la verdad o tal vez no. Cuando todo el mundo te dice eso, empiezas a sospechar que igual...", relata un entrevistado. Otros denuncian que los arrendadores se aprovechan de su situación y les explotan. No se concentran en barrios con muchos inmigrantes por estar con compatriotas, sino por no poder mudarse a zonas mejores.

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