La escultura liviana toma el IVAM
Jaume Plensa expone su obra reciente, que convierte el texto en materia
Si, como dice la Biblia, el verbo se hizo carne, el escultor catalán Jaume Plensa lo ha convertido en materia para sus obras. Para las cinco que, desde ayer, se exponen en el IVAM, hasta el 17 de febrero. Son las suyas obras livianas, hechas con materiales asociados al peso que, en la transformación de Plensa, devienen ligeras, como flotando en el ambiente. O manifestaciones metafóricas, en las que el espectador ha de tomar parte para "integrarse dentro de ellas", como explicó el artista. Así, la muestra que inauguró el museo valenciano exhibe cuatro cortinas formadas por versos poéticos que el visitante está obligado a atravesar si quiere contemplar la exposición en su totalidad. 29 poemas, de Baudelaire, Blake o Andrés Estellés, que producen un extraño efecto: "Cuando el espectador pasa a través de las cortinas vive una experiencia bella, porque, sin él, la cortina no existe", añade Plensa, quien rinde un doble homenaje, en esa curiosa instalación interactiva, a "los poetas" y "al recuerdo infantil de ir a comprar con mi madre y atravesar esas cortinas que servían para ahuyentar a las moscas".
Cortinas aparte, Plensa trabaja con resina de poliéster y acero inoxidable para crear esas cabezas humanas en las que la luz que las proyecta tiene un papel tan importante como la propia obra. "Como autor siempre me he sentido fascinado por el paso de la oscuridad a la luz", explica el escultor barcelonés. Una luz que potencia ya no la escultura en sí, sino "el espacio vacío que la rodea, porque en escultura se habla demasiado del objeto y muy poco del espacio en torno a éste". Un espacio, formado por letras, poemas, palabras o simplemente aire, ligero, etéreo.
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