400 páginas de convicciones

La editorial Proa y Jordi Pujol habían acordado publicar las memorias del ex presidente de la Generalitat en dos volúmenes. El periodista Manuel Cuyàs, que se ha encargado de la redacción, así lo había entendido. Ayer al mediodía la idea se trastocó. Pujol decidió la víspera, entre plato y plato en una cena con el gremio de libreros, que serían tres entregas porque la obra de gobierno parece tan extensa que ocupará dos libros, quizá también de 400 páginas cada uno. "Yo también opino que el libro se me ha quedado corto. Me he dejado muchas cosas en el tintero", señaló ayer en una conferencia de prensa de presentación del primer volumen de memorias (1939-1980). El segundo volumen corresponderá a su paso por la presidencia de la Generalitat, hasta 1993, y el tercero abarcará desde 1994 hasta la actualidad. Esta misma semana, Pujol y Cuyàs se pondrán manos a la obra.

El ex presidente confesó ayer que era muy reacio a escribir sus memorias porque, dijo, "tenía ganas de hacer otras cosas, pensar más en el futuro que en el pasado". Pero el poder de convicción de los editores y el haber encontrado un periodista de confianza -"que ha escrito el libro como si hubiera sido yo mismo", comentó- le convencieron de lo contrario. De estas cuatro manos -político y periodista- han surgido 400 páginas llenas "de convicciones". "Yo soy un hombre de convicciones, por ejemplo, siempre he sido fiel al esfuerzo, y este libro habla de cómo se construye una convicción". Y esas convicciones, a las que está fuertemente apegado, no son otras que su visión de Cataluña y su cristianismo. Dos ideas -política y fe- que muchas veces, admitió, le han sido difíciles de conjugar, si bien agregó en su defensa que "nunca" ha actuado "como el manual de Maquiavelo en democracia", en referencia al libro del ex ministro francés Edouard Balladur.

Como cristiano, Jordi Pujol se siente "orgulloso" de su paso por la política. "El orgullo no está reñido con la fe católica. Lo que es incompatible es la soberbia". Por tantom, añade, "ni en el libro me he puesto más galones de los que me corresponden ni tampoco he hecho sangre". Prueba de ello es que Pujol ha ordenado a los editores quitar la referencia en la contraportada del libro que le define como "el político catalán más importante de los últimos siglos". "Eso ha de analizarlo y decidirlo la historia", añadió.

De su obra al frente de la Generalitat, el presidente dijo estar "medianamente satisfecho". Lamentó no haber podido frenar el café para todos "del que Cataluña está pagando durísimas consecuencias" o haber incidido en la mejora del sistema de financiación de Cataluña. "Renuncias las ha habido siempre, algunas por debilidad o cobardía, otras porque no ha habido más remedio, y a veces por error", reconoció. Renuncias como en la negociación del Estatuto de 1979. "Hubiéramos podido plantarnos, pero no lo hicimos. Tampoco en la negociación del nuevo Estatuto, aunque habríamos podido hacerlo, teniendo en cuenta los muchos dolores de cabeza que nos ha traído".