"Para integrar hay que normalizar la convivencia"
El Palacio Euskalduna de Bilbao reunió la semana pasada en las quintas Jornadas Internacionales sobre Inmigración, organizadas por el Gobierno, a expertos de instituciones y universidades europeas. Evelyn Jäger (Kean, Alemania, 1957) es miembro de dos comisiones consultivas sobre inmigración del Gobierno alemán y dirige el Departamento de Recepción e Integración de Inmigrantes del Estado de Schleswig-Holstein. En su intervención señaló la integración como el reto esencial a abordar en las políticas de inmigración.
Pregunta. ¿Quién tiene que promover la integración?
Respuesta. La ciudadanía tiene miedo a abordar ese tema, así que las instituciones también lo temen y no buscan soluciones concretas. Para superar ese miedo, tenemos que recordar que una quinta parte de nuestra población tiene un pasado relacionado con la inmigración. Es importante saber quién eres para estar abierto y socializarte. Es fundamental trabajar a nivel local: la gente que convive aprovecha las ventajas de la sociedad multicultural.
"No participar en la toma de decisiones dificulta la integración"
"Es habitual tener vecinos inmigrantes, pero que no haya una mezcla real"
P. ¿Cómo se pueden conciliar la diversidad, la identidad cultural y la integración?
R. En vez de abordarlo como un problema religioso o cultural, buscamos el trasfondo social que esconden esos debates. Los inmigrantes tienen miedo a perder su identidad y los autóctonos a que se diluya la identidad alemana. Pero resulta que muchos árabes ni siquiera son religiosos practicantes y, en cuanto a la identidad alemana, tenemos que preguntarnos qué es. Por motivos históricos, no hay una identidad única. Por ejemplo, tras la Segunda Guerra Mundial, después de tantas muertes, dejamos de estar orgullosos de ser alemanes. A pesar de ello, hablamos mucho de choque cultural en vez de centrarnos en problemas más reales.
P. ¿Ante esas reticencias cómo promueven una integración real?
R. Queda mucho por hacer. La mayoría de inmigrantes sigue sin sentirse parte de Alemania y muchos acaban marchándose. Nos centramos en el dominio de la lengua porque sin hablar alemán no puedes conseguir un empleo, y trabajar es lo que te convierte en parte de una sociedad. Damos apoyo lingüístico a los adultos, y también a los menores en los colegios. Abogamos por dar facilidades a los estudiantes inmigrantes como ampliar el horario escolar, ofrecer clases de apoyo y refuerzo lingüístico, porque el sistema educativo no ayuda a la integración: los padres con recursos pueden centrarse en apoyar la educación de sus hijos pero los inmigrantes bastante tienen con sobrevivir. Además, hay que trabajar con los padres para concienciarles sobre la importancia que tiene una buena educación para el futuro de sus hijos.
P. ¿Qué opina sobre el derecho a voto a los inmigrantes?
R. Pueden votar si logran la ciudadanía alemana, pero pocos la consiguen, aunque lleven treinta años en el país. No participar en la toma de decisiones dificulta la integración. Tendrían que tener derecho a voto al menos a nivel local y, sobre todo, hay que facilitar la concesión de la nacionalidad.
P. ¿Está a favor de que se les someta a un examen sobre la lengua y la cultura del país?
R. Para ser alemán tienes que hablar alemán y probar unos conocimientos básicos sobre el sistema y la cultura. Es cierto que a veces se exige más de lo que sabríamos contestar los autóctonos. Aún así, creo que es bueno porque quien vive en un país durante años debe conocer lo esencial.
P. En España las agresiones de los grupos fascistas están de actualidad. ¿Cómo combaten en Alemania la influencia de los neonazis?
R. Es un problema grave porque es cierto que se han dado casos de agresiones. Pero a parte de esos grupos radicales hay otra realidad a la que atender: los ciudadanos que niegan estar en contra de la inmigración pero que revelan un tipo de racismo más oculto. En esos casos, no podemos forzar a nadie a ser tolerante. Pero tenemos que mostrarles que se trata de un hecho normal: no señalar a los inmigrantes sino presentarlos como parte de la sociedad. Hay que empezar por pequeñas actividades en las que se normalice la convivencia. Hay que dar oportunidades para que la gente conviva, porque es habitual que uno tenga vecinos inmigrantes pero no haya una mezcla real.
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