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Rajoy promete reformar el Estatuto del Trabajador y la Ley Electoral

Pide otro PSOE, pero aclara: "¡A ver si va a parecer que soy hincha de Felipe!

Carlos E. Cué

El Partido Popular sigue adelante con su estrategia de lento goteo de propuestas electorales. Si es posible, sin muchas concreciones, una garantía para mantener el interés hasta que, en el próximo mes de febrero, se presente definitivamente el programa electoral. Si la semana pasada fue el momento para vender una gran oferta de bajada de impuestos que se perfilará en enero, ayer el líder del PP, Mariano Rajoy, presentó un documento de 50 folios y 233 puntos en el que desgrana las líneas básicas del programa. El texto fue aprobado por aclamación, como es costumbre en el PP, en el Comité Ejecutivo Nacional. Éstas son algunas de las propuestas más llamativas.

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- Horarios más flexibles y trabajo en casa. Rajoy habló de reformar el Estatuto de los Trabajadores para "flexibilizar" el horario laboral, pero no se refería a nada parecido a la reforma del mercado laboral, el llamado decretazo, que causó una huelga general contra el Gobierno del PP. Este partido está en la oposición, y no es momento para enemistarse con nadie, y menos con los sindicatos. La iniciativa consiste en dar más derechos a los trabajadores para que puedan exigir a sus empresarios un horario más flexible, trabajar desde casa o por objetivos, como en otros países europeos. Juan Costa, responsable del programa, explicó después a EL PAÍS que se trata de seguir el ejemplo de los países nórdicos, donde se desarrollan las políticas más avanzadas de conciliación de la vida laboral y familiar o personal. Además, el PP pretende que la formación sea un derecho para los trabajadores. Es decir, que una empresa esté obligada, por ejemplo, a dar tiempo a sus empleados para que amplíen sus estudios con un máster.

- Grupo de sabios para la ley electoral. "Crearemos una Comisión de Expertos para el análisis y evaluación de nuestro modelo electoral, a partir de nuestra experiencia a lo largo de los últimos treinta años", señala el texto del esbozo de programa, sin más concreciones. Para las elecciones municipales sí habrá detalle, y el PP presentará en febrero una propuesta para garantizar que gobierne el más votado. En autonómicas, la competencia es de los parlamentos autonómicos. En generales, el PP no se atreve a proponer una reforma para reducir el peso de los nacionalistas, algo que indirectamente vienen a defender casi todos sus dirigentes. Pero entiende que el modelo electoral está agotado, porque obliga a los grandes partidos a depender de los pequeños, y quiere montar ese grupo de expertos para que en un año, dijo Rajoy, ofrezcan un nuevo modelo. En cuanto a las reformas constitucionales para garantizar las competencias del Estado, Rajoy insistió en el goteo programado: eso lo explicarán el sábado en la conferencia sobre el modelo constitucional, respondió.

- Más control de la oposición. Los nacionalistas impidieron que prosperara el pacto entre PSOE y PP para reformar el reglamento del Congreso. Tampoco en ocho años de Gobierno de Aznar fue posible. Rajoy ya ni siquiera lo propone, sino que adquiere compromisos al margen. Él, si fuera presidente, se sometería una vez al mes a una interpelación parlamentaria, y garantizaría que el líder de la oposición hablara tanto como él en los grandes debates [el Gobierno no tiene límite de tiempo, según el reglamento]. Además, se celebraría un debate general de política exterior en el Congreso cada año.

- El PSOE que quiere Rajoy. El líder del PP insiste en que él promoverá "un nuevo consenso". Pero la pregunta es inmediata. ¿Si no se han puesto de acuerdo en nada en cuatro años, cómo lo hará después de las elecciones? Rajoy tiene una fórmula. Hay otro PSOE, dice. El que en 1992, con Felipe González al frente, pactó el nuevo modelo autonómico con el PP. Tanto defendió a González -vilipendiado en su día sin cuartel por el PP- que corrigió al final: "¡A ver si va a parecer que yo soy hincha de Felipe González! Yo sólo digo que en el 92, en pleno caso Juan Guerra, Txiki Benegas y yo estuvimos un año y pactamos la reforma de 10 estatutos. Y cuando hablamos de estatutos hablamos de España".

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