Industria obliga a restaurar una cantera 10 años abandonada
La empresa que abrió hace una década la cantera de Romeor, en plena sierra de O Courel, deberá cerrar el cráter que dejó en la ladera del monte y restaurar ambientalmente la zona.
La Consellería de Industria ha rescatado del olvido este punto dañado de la montaña de Lugo y ha iniciado los trámites para forzar a la compañía Canteras Romeor, SL, a que cumpla su obligación legal de recuperar los destrozos ocasionados al paraje, ubicado a pocos metros de una aldea.
La consellería que dirige Fernando Blanco ha comenzado a cumplimentar el papeleo para instar a la empresa, con sede en Valdeorras, a que cumpla el plan de restauración, que estaba vinculado al permiso que en su día le otorgó la Xunta para explotar el monte de Romeor, en el municipio de Folgoso do Courel.
Según explican fuentes de Industria, en caso de que la compañía haga caso omiso a este emplazamiento, será la propia Administración la que realice los trabajos y luego le pasará la factura a Canteras Romeor, SL, una sociedad presidida por Natalia Mónica Fidalgo Fidalgo.
Explotación de pizarra
La Consellería de Industria concedió a la empresa en 1992 una autorización para extraer pizarra de este punto de la sierra de O Courel, en respuesta a la solicitud que su representante, Marcial Moral Real, había presentado sólo 11 meses antes. En aquel permiso de explotación ya constaba la obligación de la compañía de dejar la zona tal y como estaba una vez diera por concluida la explotación, algo que nunca cumplió. La licencia hacía referencia a un plan de restauración, el mismo que ahora Industria quiere obligar a ejecutar.
Con el permiso de Industria, la compañía, propiedad de la saga pizarrera de los Fidalgo, excavó un gran hueco en el monte de Folgoso, abrió pistas para él transporte de la pizarra e inició la construcción de los cimientos de lo que iba a ser una nave industrial. La zona próxima a la excavación sigue cubierta de escombros y, pese al tiempo transcurrido, aún persiste la contaminación del río próximo a la zona.
Poco tiempo después de iniciados los trabajos, las máquinas fueron retiradas y los operarios no volvieron por allí. Los vecinos de la aldea de Romeor achacan la espantada de la responsable de la explotación a la falta de pizarra o incluso a los daños que ocasionó en las casas al ejecutar los accesos a la cantera.
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