Una parroquia pide el realojo de 60 familias rumanas de la Cañada
En el poblado del gallinero -en el extremo norte de la parte más degradada de la Cañada Real, en el distrito de Vallecas- esperaban ayer un censo que no llegó. En las chabolas viven 60 familias de gitanos rumanos. Por la mañana, decenas de niños con churretes correteaban entre los cables de una inusual rueda de prensa. En una mesa con un mantel de flores rojas, delante de un muro pintarrajeado, los voluntarios de la parroquia de Santo Domingo de la Calzada denunciaron "la situación de crisis humanitaria" de los chabolistas.
Durante dos días se quedaron sin sus enganches ilegales de luz. Unos 250 niños durmieron con temperaturas bajo cero. El agua no la han tenido nunca. La parroquia pide, a corto plazo, generadores y depósitos de agua en el poblado. A medio plazo, el realojo de todas las familias.
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