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23 detenidos en la Cañada Real por robar en 30 casas

Enorme despliegue de la Guardia Civil por temor a la posible resistencia vecinal

Jorge A. Rodríguez

La Guardia Civil se acercó el lunes con cierto temor y gran despliegue a la Cañada Real Galiana. Los agentes iban a detener a 23 supuestos autores de 30 robos en viviendas, a los que sabían armados con escopetas y espadas. Un grupo numeroso y peligroso, sí, pero el gran despliegue obedecía más al miedo a toparse con una fuerte resistencia vecinal, como la que se encontró la policía el pasado 18 de octubre durante la operación de desalojo de una vivienda, que acabó con 80 heridos, 30 de ellos agentes del orden. La alerta se corrió por la Cañada, pero cuando los vecinos comprobaron que iban a por un grupo de ladrones, se limitaron a mirar cómo se ejecutaban las detenciones e incluso algunos intentos de huida campo a través.

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El objetivo de la operación era un grupo de rumanos especializado en el robo silencioso de viviendas deshabitadas. La banda había sido detectada después de que en mayo de este año perpetrara un robo en una casa de Villar de Olalla (Cuenca), una provincia donde se le adjudican otros seis palos. Los agentes comprobaron que el método de actuación del grupo era similar al de una banda que había actuado ya en Madrid (seis robos con fuerza), Guadalajara (dos), Toledo (14) y Ávila (uno).

Su método consistía en mandar a ojeadores por los pueblos de las provincias que rodean Madrid, con el fin de localizar viviendas vacías, generalmente segundas residencias utilizadas sólo durante los fines de semana o las vacaciones. Localizado el objetivo, la banda se desplazaba en dos coches hasta la casa elegida para el asalto.

Uno de los coches era escondido en las inmediaciones, mientras el otro era estacionado en la puerta de la casa, con el capó abierto como si estuviera estropeado. El grupo entraba en bloque a la vivienda, forzando las ventanas. Sólo uno de ellos se quedaba en el exterior, alrededor del coche estropeado, con el fin de vigilar y dar el agua (aviso) a sus compinches para que escaparan en caso de que acudiera uno de los moradores legítimos de la vivienda.

El aguador, para dar tiempo a que la banda pusiera pies en polvorosa, entretenía a la persona que se acercaba a la casa, pidiéndole ayuda para la reparación del vehículo o entablando una conversación intrascendente. El grupo de ladrones sólo se llevaba cosas de fácil salida: joyas, aparatos electrónicos, ordenadores o ropa de marca. Cuando la Guardia Civil registró el lunes la vivienda que ocupaban los delincuentes requisó bienes valorados en más de medio millón de euros.

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Los delincuentes tomaban grandes precauciones durante la huida para dificultar su localización. Por eso cambiaban de coche continuamente. Que la Guardia Civil sepa, han llegado a utilizar hasta 15 vehículos distintos. Pero, tras 30 golpes, los investigadores dieron con la banda en la Cañada Real. Mal sitio para actuar, debieron pensar los agentes, que sin duda recordarían las violentas imágenes del desalojo de octubre.

Por eso, "dadas las características de la zona de actuación", se montó "un amplio dispositivo policial", según informó ayer oficialmente la Guardia Civil. Traducido al lenguaje oficioso, iban preparados para una fuerte resistencia de los delincuentes y de sus vecinos. Por eso fueron para allá 160 agentes de las comandancias de Madrid y Cuenca, de la Agrupación de Tráfico, del Seprona, de la Agrupación de Reserva y Seguridad (los antidisturbios)... Un helicóptero, motos, vehículos de todo tipo. Al final, la operación discurrió sin más incidentes que la propia resistencia de los que iban a ser detenidos, algunos de los cuales tuvieron que ser perseguidos por las lomas de la Cañada.

La banda, a la que también se acusa de falsificación de documentos, contaba entre sus miembros con cuatro menores de edad, según el instituto armado. Los investigadores dan por esclarecidos 30 robos, pero tienen en cartera decenas de delitos similares en la periferia de Madrid, algunos de los cuales se sospecha que han sido perpetrados por los ahora detenidos en la llamada Operación Chanete.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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