¡Hasta que pite el árbitro!

Ernesto Valverde, entrenador del Espanyol, desveló ayer que su equipo advierte antes de cada partido tanto al árbitro como al contrario de que no tirará la pelota fuera en caso de que haya un jugador tirado en el terreno de juego. "Queremos que sea el árbitro quien pare el partido", afirmó Valverde, en la misma línea que trazó en su día José Luis Mendilibar, técnico del Valladolid. "Se lo propusimos al Athletic, como ya hicimos con el Valladolid y el Mallorca, y así lo haremos con nuestros futuros adversarios", insistió el entrenador blanquiazul. "Al final todo este asunto se estaba convirtiendo en una pequeña trampa, todo el mundo se estaba pasando, y optamos por continuar jugando mientras lo avale el colegiado".

Valverde precisó que el Espanyol no quería "tomar una decisión de este tipo a la ligera" e insistió en que la medida funciona: "El juego tiene más vivacidad, se corta menos la jugada y todos salimos ganando". "Todo el mundo sabe si hay una lesión de importancia o no", añadió el entrenador del Espanyol. "Hay otras jugadas en que la gente duda, sobre todo cuando uno se cae en un contraataque; nosotros somos partidarios de que siga el juego". Y acabó: "Nosotros advertimos al contrario de que no tiraremos el balón fuera y, enterado el rival, actúa de la misma manera". Valverde entiende que el pacto evita la picaresca.

La propia UEFA aconseja esta temporada a los equipos que no tiren la pelota fuera del campo en caso de que haya un jugador caído en el césped.