Giulietta Simionato vuelve a Bilbao a recibir el aplauso de la ABAO
La asociación entrega su medalla de oro a la 'mezzosoprano', de 97 años
La mezzosoprano italiana Giulietta Simionato (Forli, 1910) ha regresado a Bilbao 51 años después de cantar por última vez sobre el escenario del Coliseo Albia, en el festival de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO). Ayer, en el Teatro Arriaga, recibió la medalla de oro de la entidad en reconocimiento a su carrera artística, que abandonó en 1966 después de conmocionar el mundo de la lírica con la calidad de su voz, su interpretación y su técnica.
Su aspecto físico es envidiable y hace dudar sobre su fecha de nacimiento. A sus 97 años Simionato agradeció emocionada el cariño recibido en Bilbao, recordó varias veces a los que ya han desaparecido y tuvo suficiente sentido del humor como para bromear sobre la obligación de llevar la misma ropa que el día anterior. Su maleta se perdió, pero ella no abandonó la sonrisa.
Simionato contó que fue sietemesina. Cuando nació, la comadrona advirtió a su madre que su llanto no era como el de otros niños. "Sonaba como un carillón", dijo. El tiempo confirmó que su garganta era especial, pero ella no confió sólo en las cuerdas vocales para cimentar su carrera. Desde que conoció el éxito no se ha cansado de repetir que los cantantes de ópera deben sostenerse sobre tres pilares: "La inteligencia, la voz y el corazón".
Cuatro cantantes
Simionato es la cuarta cantante que es distinguida con la medalla de la ABAO, tras Ettore Bastianini, Mirella Freni y Alfredo Kraus. Con su entrada en este selecto club de voces, la ABAO quiere agradecerle que aceptara incorporarse al comité de honor del proyecto Tutto Verdi, con el que la asociación ha asumido el reto de poner en escena las 53 óperas de Giuseppe Verdi .
Simionato cantó en el festival de Bilbao en nueve representaciones en los años 50 del siglo XX, el momento cumbre de su carrera. El festival de la ABAO daba entonces sus primeros pasos y consiguió contar con la Simionato en tres años consecutivos para cantar Norma, Carmen, Aida, Cavallería Rusticana, La Cenerentola y Il Trovatore. Su última representación en Bilbao, en el verano de 1956, encarnando a Azucena en Il Trovatore, consiguió un éxito clamoroso que todavía es una referencia entre los aficionados de la ABAO. La crítica reconoció poco tiempo después que Simionato, en dura competencia con otras cantantes, cambió la concepción vocal e interpretativa del personaje.
En aquellos años de gloria no perdió el gusto por una vida sencilla ni su fe religiosa. Se retiró de los escenarios a los 56 años, pero sigue vinculada a la ópera. "Me sigo preguntando que es lo que quiero de la vida", añadió. "Espero volver a Bilbao, con la ayuda de Dios".
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