El pleno pareció duro pero fue de guante blanco

El pleno de ayer fue duro en los tonos, pero suave en los contenidos. El motivo lo resumía un diputado de la oposición poco antes de terminar la sesión: "Todos tenemos plomo en las alas". La expresión plomo en las alas la había utilizado en la sesión el portavoz socialista, Miquel Iceta, cuya intervención fue una faena de aliño. El único que salió a destacar fue Salvador Milà (ICV-EUiA), quizá porque era el que llegaba con las manos más limpias: su formación es la única que siempre ha defendido la prioridad de Cercanías sobre la alta velocidad, la única que incluso llegó a rechazar la construcción del AVE. Además, Milà es un orador que se trabaja los discursos.

José Montilla y Artur Mas hablan de modo muy distinto. El primero es soporífero por monótono. El segundo, pese a su tono mitinero, también acaba por dormir al personal. En las antípodas se halla Daniel Sirera: se duerme a sí mismo. A media intervención ya parecía haberse quedado sin azúcar. Su discurso fue brillante mientras fue diputado de a pie. Desde que preside su partido tras el vuelo de Josep Piqué, ha entrado en una fase de inanidad: se agarra a los tópicos y, encima, los repite. Joan Ridao (ERC) aprovechó para recordar que es independentista y Albert Rivera (Ciutadans) aseguró que todos lo hacían mal todo. Menos él.