Catalanofobia

En el blog Scala Hannibalis citan a Quevedo (1580-1645) como el primer catalanófobo documentado ("En tanto que en Cataluña quedase algún solo catalán, y piedras en los campos desiertos, hemos de tener enemigo y guerra"). En el buscador de blogs de Google, si escribes "catalanofobia", te devuelve 165 entradas. En Technorati, 45. Un muestreo de algo ya sabido: hay música con este tema. Y se encuentran todas las variantes de la argumentación y del insulto. Pero evitando la repetición extenuante de reproches mutuos, indocumentados, puede hacerse un perleo iluminador de los comentarios de gente que ha estado en Cataluña y cuenta lo que les ha pasado. O mejor dicho, lo que no les ha pasado. Un paseo por el lado amigo del debate.

Adrián, en Luces, cámaras y ¡blogs!: "Fui este verano a Cataluña y, ¡uf! Yo iba asustadísimo pensando que me iban a tirar piedras o que me iban a mirar raro por ser un sucio español, pero al final no me pasó nada. ¡Jo! Qué suerte tuve. Yo soy madrileño, español, europeo y ciudadano del mundo. Cataluña es una tierra preciosa y el que no quiera saber nada de ella, él sabrá. Pero si él es el primero que no quiere saber nada de catalanes, que no le sorprenda luego que haya quienes no quieran saber nada de otros españoles".

A otro madrileño, el de Kabila, le preocupa que se pueda crear la impresión "de que en Madrid todos somos anticatalanes". Dark Reivan (Madrid) en Estancias en Reivan escribe que habiendo estado allí, "puedo decir que, obviamente, entre ellos hablan catalán como nosotros entre nosotros hablamos castellano (y no portugués)". Moeh cuenta en su bitácora: "Acabo de volver de Barcelona. No entiendo la catalanofobia de muchas personas; a mí, al contrario, me caen muy bien los catalanes".

En Noticias de Vladivostok, escritas desde una ciudad algo batmaniana, Zaragotham, se cuenta: "La boda de P., que tuvo lugar en Berga (lugar de fálico nombre y precioso entorno) y la salida a conducir de este fin de semana en los alrededores de Riudoms. Todo muy catalán, así que cosa buena; y es que si entre mis lectores hay quienes tengan algo de esa catalanofobia tan imbécil es que están muy equivocados".

Y así unas cuantas. Sencillas, perplejas, para curar cualquier fobia... en cualquier dirección.