José Moreno, actor
Fue un rostro común en las películas de Juan de Orduña
Algunas de las películas españolas más populares de finales de los años cincuenta y de toda la década de los sesenta compartieron un rostro común: el del actor José Moreno, que falleció el pasado miércoles en el hospital de Puerto Real, en Cádiz, a los 74 años, víctima de un cáncer de pulmón. Moreno participó en éxitos tan recordados como El último cuplé (1957), La tirana (1958) y Nobleza baturra (1965).
José Gómez Moreno nació en Chiclana el 26 de octubre de 1933, y residió en Madrid durante su carrera profesional; desde hace 12 años estaba afincado en la localidad gaditana de Alcalá de los Gazules. No fue Moreno un actor vocacional, aunque a lo largo de su carrera ofreciese interpretaciones más que notables, y su llegada al cine tuvo lugar de modo casi accidental: en 1954 el legendario Juan de Orduña buscaba un actor de aspecto atractivo y con acento andaluz para uno de los personajes de Cañas y barro, filme con el que Orduña adaptaba la novela de Blasco Ibáñez; lo encontraría en Moreno, por entonces novillero y dedicado a su afición por el mundo taurino, que tras interpretar un papel episódico en esta obra se convertiría en un habitual en las producciones del afamado director madrileño, quien reclamaría sus servicios para 11 películas más.
En 1955 interpretó, también a las órdenes de Orduña, otra adaptación literaria, Zalacaín el aventurero. Y dos años más tarde llegó el que sería uno de los mayores éxitos del actor, El último cuplé, donde compartiría pantalla con la estrella del momento, Sara Montiel, y actores tan reputados como Armando Calvo y Enrique Vera.
La colaboración del actor con Juan de Orduña se prolongaría en el tiempo hasta 1973, cuando participaría en la que fuese la penúltima película del cineasta, la comedia Eusebio, la pantera negra. Por el camino quedaban películas como La tirana (1958), Nobleza baturra (1965), un filme de arrollador éxito popular capitaneado por Vicente Parra y Mary Paz Pondal, Las golondrinas, una producción televisiva que adaptaba una obra de Gregorio Martínez Sierra, y La Revoltosa (1969), adaptación de la zarzuela homónima en la que Moreno encarnó al personaje protagonista de la obra, Felipe. Entre todas ellas, en 1963, Moreno interpretó Bochorno, un filme por el que siempre sintió un especial cariño y que se erigía como una rareza en el cine de Orduña, en la que se apartaba de sus habituales narraciones populares para centrarse en un turbulento drama urbano. En todas estas producciones, Moreno prestaba un talento natural que animaba a sus personajes más allá de las líneas del guión. Aunque actor sin formación académica, sus interpretaciones encontraban una rara intensidad y explotaban su rostro anguloso, de mirada profunda y carisma que siempre lo convertía en cercano al espectador.
La carrera cinematográfica de Moreno, que también actuaría con frecuencia en las tablas del teatro, aunque un tanto encasillada por sus éxitos comerciales, avanzó durante los años sesenta, década en la que participó en películas de distinto signo, como el drama Carta a una mujer (1963) e incluso en la producción estadounidense Los reyes del sol, que encabezaban Yul Brinner y George Chakiris, en la que Moreno interpretaba un personaje episódico. Filmó en Francia Leonor (1975), bajo la dirección de Juan Luis Buñuel, para más tarde participar en productos indignos de su talento: Pepito Piscina (1978), infame comedia al servicio de Fernando Esteso, y Todo es posible en Granada (1982), vehículo de lucimiento para Manolo Escobar.
Moreno llegó a participar junto a la futura princesa de Asturias, Letizia Ortiz, en un cortometraje realizado por Efe titulado La mirada del ángel. José Moreno queda en el recuerdo como uno de los rostros más representativos de un cine desaparecido, un cine popular que formó el tronco de la producción española durante más de una década.
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