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Crítica:JAZZ
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Disparatada musicalidad

Hace ya 30 años que la Vienna Art Orchestra (VAO para los amigos) se pasea por el mundo con la coletilla (ganada a pulso) de ser la mejor big band europea, la más creativa y original. Han cambiado las caras, pero todo sigue igual: la VAO que visitó el Auditori de Barcelona sigue siendo esa orquesta sorprendente y swingante a partes iguales que ya nos dejó con la boca abierta hace tres décadas. Sólo su carismático líder, Mathias Rüegg, y el siempre expansivo saxofonista Harry Sokal permanecen de la formación original, pero el grupo sigue manteniendo la misma cohesión, fuerza escénica y, sobre todo, las mismas dosis de disparatada musicalidad que ha sido su marca de fábrica durante toda su trayectoria.

Vienna Art Orchestra

Composición, arreglos y dirección: Mathias Rüegg. Festival de Jazz de Barcelona. Auditori. Barcelona, 8 de noviembre.

En el Auditori, la VAO presentó la tercera parte de su programa de celebración del 30º aniversario: Visionaries & Dreams. Un juego musical (a Rüegg le encantan ese tipo de juegos) en el que se juntan, y no por azar, un puñado de pensadores europeos con actrices de Hollywood. El encontronazo entre pensamiento profundo y glamour es volcánico. Rüegg ha escrito 13 nuevas composiciones para explicar esos encuentros y en cada una de ellas saltan chispas. Los momentos más intensos se vivieron cuando Josephine Baker tuvo su cita con Albert Einstein, Lauren Bacall con Erasmo, Jayne Mansfield con Freud y Mae West con Copérnico. Música vibrante, llena de colores cambiantes e interpretada con una precisión absoluta.

Uno de los secretos de la VAO han sido siempre sus solistas, y en esta edición del 30º aniversario vuelven a brillar prácticamente todos. Rüegg escribe para cada uno de ellos y les deja espacio para explayarse sin romper nunca el equilibrio de cada tema. Sobresalió el calor del fiel Harry Sokal, pero también la suavidad de la cantante italiana Anna Lauvergnac, la fuerza del clarinetista también italiano Nico Gori y el sonido lacerante del guitarrista austriaco Martin Koller.

Para este programa, Mathias Rüegg ha preparado una serie de fotografías y frases de cada homenajeado que se proyectan mientras suena la música añadiendo un toque visual y literario que completa la fuerza del programa.

Tras lo visto en el Auditori de Barcelona, la VAO sigue estando varios cuerpos por delante de cualquier otra orquesta europea y de la mayoría de las norteamericanas (¿todas?, tal vez, como mínimo en fantasía y creatividad) y todavía le queda cuerda para rato. Como bis ofrecieron un adelanto de su próximo trabajo sobre temas norteamericanos y sonó fresco e infeccioso.

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