El 'socio' oriental

Pakistán es la tercera economía asiática con mayor crecimiento después de China e India. La potencia nuclear basa su desarrollo en un fuerte gasto militar y en una estratégica alianza comercial con Estados Unidos. Pero, además, mantiene un dinámico sector servicios y un fuerte consumo interno impulsado por las reformas recientes. La inversión también se ha convertido en un actor principal en un país con un importante déficit en infraestructuras en servicios públicos, transportes y energía.

Los datos del Banco Estatal de Pakistán son claros y reflejan que el país ha crecido una media del 7,5% durante los últimos cuatro años. Un periodo en que la economía ha aumentado su producción en un 30%, convirtiendo al socio de Estados Unidos en Oriente Próximo en una atractiva plaza para la llegada de capitales extranjeros. Esto, a pesar de la inestabilidad política, el aumento del terrorismo y el alza del petróleo y las materias primas en el mercado internacional.

La solidez paquistaní se basa en un fuerte gasto público, en buena parte militar, y en el sector servicios, que representa el 53% de la economía

La crisis institucional abierta por el presidente Musharraf no va a afectar a la estabilidad de su economía, según los analistas, si no se prolonga

La reciente crisis institucional generada por el reelecto presidente Pervez Musharraf tampoco parece afectar la marcha de la economía. Los analistas consideran que si dicha estabilidad vuelve pronto a su cauce, el impacto podría ser mínimo. La solidez de la economía paquistaní se basa en un fuerte gasto público. Los datos señalan que durante el último año fiscal, el único apartado que creció sobre la media fue la Fabricación a Gran Escala (8,8%), una partida relacionada con el gasto militar.

El sector servicios, que representa el 53% de la economía, también se mantiene al alza. Impulsado principalmente por el reciente desarrollo del sector bancario, esta vez compartiendo capital con manos privadas, se ha elevado un 5,6% en 2007, desde un 3,1% durante el año fiscal anterior. No obstante, el apartado que más crece es la construcción, que se ha disparado con un alza del 17,2%, desde un 5,2%. Incluso la agricultura, uno de los sectores que da más empleo a la población, se ha elevado sobre el 5%, después de crecer un 1,6% en el año 2006.

La inversión es otro de los factores que cotiza al alza. La ratio de inversión en PIB ha llegado hasta el 23% este año, el más alto de la historia y casi seis puntos por encima de lo registrado en el año 2003. No obstante, este porcentaje aún tiene un fuerte componente de demanda doméstica estatal, que limita la llegada de inversión extranjera. El Banco Mundial, que mantiene un importante paquete de ayudas en Pakistán, ha sugerido la necesidad de que se realicen las reformas estructurales de "segunda generación", tras haber liberalizado la banca.

Reformas adicionales

Las propias autoridades paquistaníes han reconocido que hay que entregar las herramientas necesarias para que despegue el sector privado. La clave está en abrir sectores como la energía y las infraestructuras en aeropuertos, ferrocarriles y carreteras, uno de los grandes déficit de la economía local. Islamabad también plantea realizar reformas a la estructura tributaria y reducir los trámites para facilitar que las empresas extranjeras operen en el país.

Éste sería uno de los primeros pasos para mejorar la calidad del empleo y reducir la pobreza. Los datos del Banco Mundial sobre el producto nacional bruto (PNB) indican que el ingreso per cápita del país ronda los 720 dólares y que sus niveles de pobreza se encuentran en el 24% de la población en las urbes, cifra que llega al 51% en zonas rurales. La inflación tampoco ayuda a mejorar estas condiciones. Los precios han aumentado sólo un 6,5%, pero con una fuerte alza del 50% de los alimentos, elevando los consumos de primera necesidad para los pobres.