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Una ola de Barceló llega a la ONU

Ban Ki-moon se fijó en la obra del pintor mallorquín en una visita al palacio de la Moncloa para visitar a Zapatero, y Exteriores gestionó la cesión de esta pintura en préstamo

Mábel Galaz

El secretario general de Naciones Unidas visitó por primera vez el palacio de la Moncloa en junio pasado. Allí le esperaba el presidente José Luis Rodríguez Zapatero para dar un repaso a asuntos de política internacional. Pero no fue de lo único que se trató en aquel encuentro: se habló de estrategias y también mucho de pintura española.

Ban Ki-moon se sorprendió al ver colgados de las paredes del palacete tantos cuadros de pintura moderna contemporánea, materia en la que él es un experto.

"Elegí este cuadro porque me recuerda al mar de corea", dice el autor

Con la llegada de Zapatero a La Moncloa la decoración cambió. Se dio un toque minimalista y funcional a las dependencias oficiales del presidente. Los muros fueron pintados de blanco y con cuidado e intención se seleccionaron obras de Tàpies, Chillida, Sicilia, García Sevilla, Barceló... para ser mostradas en estos espacios, como si de una galería de arte se tratara. No extraña que el secretario general de Naciones Unidas empleara un buen rato de su visita a Moncloa en ver la obra pictórica y, en especial, la de Miquel Barceló.

El pintor mallorquín es uno de los más admirados por Ban Ki-moon y así se lo hizo saber a Zapatero, quien tomó buena nota del comentario. Miguel Ángel Moratinos, ministro de Asuntos Exteriores, recibió días después un encargo: había que hacerle llegar a Barceló el interés del secretario general de Naciones Unidas por su obra. Y así fue.

Al enterarse de ello, el pintor se mostró dispuesto a prestar una de sus obras para su exhibición en la sede de Nueva York. "Me sorprende que todo esto haya trascendido", explicó el artista desde Ginebra, donde pinta, colgado en un andamio, la bóveda del edificio de Naciones Unidas. "Me querían comprar una obra, pero al final llegamos al acuerdo para que estuviera en la residencia oficial de Ban Ki-moon. Elegí una ola de la serie que hice relacionada con el mar porque me recordaba al mar de Corea". El octavo secretario general de las Naciones Unidas nació en Seúl.

Fue el verano de 2004 cuando Barceló vivió y pintó durante un mes en el Mediterráneo, a bordo de un antiguo velero mercante restaurado, el Thopaga. En esta época está el germen de la ola.

"El mar tiene ritmo, y navegar así tranquilamente, a vela, es fantástico. En el barco leo, y también dibujo y escribo. Pinto, pero no demasiado, porque no se puede esperar que un velero no se balancee, que esté quieto, inmóvil. Observo, pesco y buceo mucho", dice Miquel Barceló. El pintor retrata en estas telas y papeles la evolución de las olas que caen y se enervan, marinas de rompientes casi realistas.

Sus telas de fondos son mosaicos de cientos de pequeñas obras, una de ellas está colgada ahora en el vestíbulo del 3 de Sutton Place esquina con la calle 57 de Nueva York. Y de ella disfruta Ban Ki-moon y los cientos de personas que pasan por allí en actos oficiales. Una cena a la que asistió el embajador español en la ONU, Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, dio la bienvenida a la obra.

El cuadro estará allí al menos hasta que finalice el mandato de Ban Ki-moon en 2011. El propio José Luis Rodríguez Zapatero trasladó la obra en un avión oficial el pasado 23 de septiembre cuando viajó a Nueva York. El secretario general de la ONU posó en exclusiva para EL PAÍS junto a la ola pintada por Miquel Barceló.

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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