El fiscal general de Israel bloquea el corte de electricidad a Gaza
El Gobierno debe explicar cómo evitará las consecuencias para la población
La decisión del Gobierno israelí de reducir el suministro de energía eléctrica a la franja de Gaza, que dependerá del lanzamiento de cohetes kassam por las milicias palestinas, se ha topado con un obstáculo que por esperado se antoja salvable. El fiscal general, Menahem Mazuz, ha prohibido este castigo colectivo mientras el Gobierno no explique cómo se impedirán las consecuencias catastróficas para la población, que en opinión de las organizaciones internacionales se encuentra ya en situación dramática. La posición del Ejecutivo de Ehud Olmert es clara. Mientras se permita que los hospitales puedan funcionar, no podrá hablarse de un castigo colectivo.
Una decena de asociaciones de defensa de los derechos humanos israelíes presentaron el lunes una petición ante el Tribunal Supremo para que impida el corte de energía eléctrica al territorio ocupado. Y Menahem Mazuz, que dio el visto bueno a la disminución del suministro de combustibles, prohibió la represalia hasta que el Ministerio de Defensa aclare (dispone hasta el viernes para pronunciarse) cómo se va aplicar la medida.
Es verdad que el Supremo es de las pocas instituciones del Estado que goza de prestigio en Israel. El problema es que frecuentemente el Ejército desobedece las sentencias. Aunque hace cinco años el alto tribunal prohibió tajantemente la utilización de escudos humanos palestinos en las operaciones militares, un general fue castigado semanas atrás por emplear este método en la ciudad de Nablús.
La postura del Gabinete israelí sobre el concepto de crisis humanitaria no es compartida por las organizaciones internacionales que trabajan sobre el terreno, y que denuncian ya las catastróficas penurias que padecen el millón y medio de habitantes encerrados en Gaza. De hecho, ya se ha reducido drásticamente el transporte de mercancías (incluidos alimentos para bebés, frutas o tabaco) a la franja, y el abastecimiento de carburante ha sido reducido desde el lunes en un 15%.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó los ataques con cohetes kassam sobre suelo israelí para añadir que "las medidas punitivas adoptadas por Israel dañan el bienestar de toda la población. La comisaria de Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner, mostró su comprensión por la "angustia" que causa el lanzamiento de proyectiles sobre Israel, pero añadió que "los castigos colectivos nunca son una solución".
Más contundentes se expresaron buena parte de los expertos israelíes, que rechazan la decisión de Olmert. "En primer lugar, es una decisión estúpida. Castiga a la población palestina en su totalidad y la empuja a los brazos de Hamás y del terrorismo. En segundo lugar, se opone a la legislación internacional, a todas las normas de moralidad, y exacerba la imagen de Israel como cruel ocupante. Y, por último, no se adecua a los esfuerzos para fomentar la negociación con la Autoridad Palestina y los países árabes", ha escrito el analista Nahum Barnea en el diario Yediot Ajoronot.
En respuesta a uno de estos ataques, un avión del Ejército israelí atacó ayer tarde una comisaría de policía en Jan Yunes, al sur de la franja de Gaza, causando cuatro muertos, según fuentes palestinas. El Ejército de Israel informó de que el objetivo era un puesto de Hamás tras un lanzamiento de granadas de mortero contra localidades israelíes próximas a Gaza.
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