_
_
_
_

Los intereses creados de la ministra Rachida Dati

La titular de Justicia se olvida de su ex amiga Cécilia Sarkozy

Es la ministra preferida de Nicolas Sarkozy. Porque le debe todo a él y porque simboliza la integración "a la francesa". Hija de emigrados argelinos, de familia numerosa y pobre, Dati es hoy ministra de Justicia gracias a una ambición que sólo puede compararse a la del propio Sarkozy.

Más información
La pataleta de Sarkozy

Para escalar socialmente, la joven y guapa estudiante de Ciencias Económicas no dudó en buscarse padrinos. La ex ministra Simone Veil, el ministro de Justicia de Giscard D'Estaing, Albin Chalendon, la periodista más poderosa y maledicente de Francia -Catherine Nay-. Ellos la ayudaron a pasar de la modesta Facultad de Dijon a la prestigiosa de Assas, en el centro de París, para luego inscribirse en el ISA (Instituto Superior de Negocios). De todas partes salió con título bajo el brazo, excepto del ISA. Rachida, en su currículo, escribe que "es antigua alumna del ISA". Y no miente. Pero no obtuvo el título. ¿Por qué? Parece que la prisa la llevó a olvidarse de algunas asignaturas complementarias, pero imprescindibles. A ella no se lo parecieron pero ahora, quienes han revisado con detalle su trayectoria, se lo reprochan. Como le recriminan que accediera a la condición de magistrado sin salir de la Escuela Nacional de la Magistratura.

En realidad, Rachida Dati, hace seis años, intentaba seducir a políticos centristas o socialistas. Jospin era el futuro y Bayrou, un aliado posible. Cuando Le Pen eliminó al candidato socialista, en 2002, ella buscó de nuevo arrimarse a una buena sombra de derechas.

Sarkozy la aceptó como consejera en su gabinete. Se ocuparía de cuestiones de inmigración. Y ella pronto demostró que merecía la confianza. Se hizo muy amiga de Cécilia Sarkozy, que en aquellos momentos tenía despacho en el Ministerio del Interior, junto al de su marido. Rachida se descubrió un gusto compartido por las mejores marcas de ropa. Supo convertirse en esa amiga con la que se puede ir de compras y sirve de confidente.

Cuando Sarkozy fue elegido presidente, él y Cécilia estuvieron de acuerdo en que Rachida sería una gran ministra. De Justicia. Le han pedido que haga una novena ley en cinco años contra la multirreincidencia. La hace. Le han pedido que suprima los juzgados con poca actividad. Los está suprimiendo. Le han pedido que busque la fórmula para penalizar a los legalmente irresponsables. La busca. Eso sí, cuando Cécilia ha confirmado el secreto a voces de su divorcio, Rachida ha dejado de enviarle mensajes telefónicos. La ex ya no le sirve en su carrera.

Rachida Dati, ministra francesa de Justicia.
Rachida Dati, ministra francesa de Justicia.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_